Pactos contra natura
Son aquellos que se producen entre dos partidos políticos para gobernar, ya sea en una comunidad o un ayuntamiento, desbancando así al partido más votado. Esto resulta vergonzoso y antidemocrático, y contra ello clama toda la ciudadanía, representada hoy, en la calle, por esa juventud indignada y no politizada. Ésta, entre otras justas peticiones, demanda listas abiertas para evitar el seguir votando con la nariz tapada. Porque el pueblo llano y sufrido está hasta los cataplines de tener que votar a cuantos candidatos imponen los partidos, que vienen a ser siempre los mismos sujetos. Y esto da lugar a que se perpetúen luego en los cargos, vitaliciamente y, en tantos casos harto conocidos –Andalucía y Valencia, como únicos ejemplos– se caiga en el chupe y el pringue. Vamos, que para algunos la política es un verdadero negocio.
Nada nuevo decimos, ya lo sé, pero tenemos que ser todos machacones y reiterativos en esto hasta conseguir que ese nauseabundo sistema electoral cambie por completo. Hasta ahora, bloqueado por los dos principales partidos –ellos se lo guisan y se lo comen, a bofetada limpia–, que son responsables, además, de la caótica situación política y económica que padece Celtíbera, hoy culo de Europa.
Listas abiertas ya. Pactos contra natura a la basura. A las autonomías, freno y marcha atrás. Ni una perra más a sindicatos y partidos políticos, que los sostengan sus afiliados. Al separatismo, Constitución y freno también. Supresión del Tribunal Constitucional –con lo de Bildu ha quedado a la altura del orinal–, y del Senado, que son prescincibles y su sostenimiento, millonario. Ejemplo de austeridad y ahorro en la Zarzuela y Moncloa, y que el PSOE y el PP se den el morro. Para sacar a España de esta cabrona crisis antes de que toque fondo.
Conclusión. Y un buen detergente que limpie, brille y dé blancura a nuestra cuestionada clase política, en tal lamentable situación, la cual, hoy, sólo se presenta a sí misma. A su electorado, no.
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