Impenitentes
Progreso o reacción. J. Morán en su columna de LNE, bajo el título Espiritualidad o revolución (05.06.11), contrapone dos enfoques del movimiento del 15M; dos enfoques que vienen a ser el diagnóstico de la jerarquía y el pronóstico de las bases comprometidas. ¿Qué futuro político nos aguarda con una parte del precariado votando al PP y con otra parte del mismo movilizándose por la democracia real y criticando a los partidos de derecha y de izquierda?, se pegunta R. Díaz-Salazar (LNE, a la vista del 15M Y del 22M, en la revista Mundo Obrero, de la HOAC. Díaz-Salazar, sociólogo, aplica en su análisis el famoso método acuñado por los movimientos obreros cristianos: ver, juzgar y actuar.
VER: El 22M contempla el triunfo del PP y de CiU en barrios obreros y en ciudades en las que entes la izquierda era dominante.
JUZGAR: Se puede pronosticar el triunfo del PP en las generales si el PSOE e IU no son capaces de reaccionar ante lo que significa el movimiento del 15M.
ACTUAR: Como solución, Díaz-Salazar propone que el movimiento de los indignados 15M desvele la concentración de la riqueza en España para redistribuirla mediante nuevas políticas en fiscalidad, vivienda, trabajo decente, democracia en la empresa o educación. Y quién si no el PSOE e IU podrían ser los agentes de esas nuevas políticas.
¿Nuevas políticas? La izquierda (el PSOE e IU) lleva tres largas décadas gobernando y aplicando sus políticas en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Barcelona. ¿Han desaparecido en esos territorios los motivos de indignación? Es verdad que, si de una forma o de otra (legal, ilegal o paralegal) Chaves, Rodríguez Ibarra, Bono, Barreda, Riopedre, Marroquín han protagonizado fenómenos particulares de concentración de riqueza y privilegios, también hay indicios de una redistribución generosa de los beneficios y ventajas entre los círculos inmediatos de familiares y allegados. El mensaje sería entonces que las bases no se desanimen y sigan votando correctamente a ver si en los próximos treinta años la onda expansiva de la redistribución las alcanza por fin a ellas. (De momento, lo que las alcanza de lleno es el paro. Fenómeno que se repite, con mayor o menor intensidad, cada vez que gobierna la izquierda).
¿Qué otra lección se podría extraer del bien intencionado análisis de Díaz-Salazar? No hay atisbos de que las organizaciones católicas progresistas empiecen a ver a la izquierda como parte del problema, en lugar de verla como la totalidad de la solución. Han volcado sobre los partidos de izquierda la teología de la Iglesia: Puede que la izquierda sea corrupta (los errores que hayamos podido cometer), pero es la opción verdadera fuera de la cual no hay salvación.
De ahí que la solución consista en que el movimiento 15M se deje de embelecos radicales y llame a las puertas de la izquierda convencional; y que el PSOE e IU las abran generosamente recuperando en su seno al movimiento. Pasado el susto del 22M, se conjuraría la amenaza de las próximas generales, el Apocalipsis now de un triunfo de la derecha. Lo que no se entiende es que el habitualmente certero J. Morán titule su columna Espiritualidad o revolución. ¿No sería más adecuado Espiritualidad o reciclaje?
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