Caja de ahorros, ni fusión ni gaitas
La cuenta atrás, del futuro de la Caja de Ahorros de Asturias, después de más de un siglo de existencia, comienza, según parece, ya.
A pocos días de la toma de un acuerdo de tal envergadura, las opiniones no parecen estar claras ni mucho menos. Ni entre los impositores, ni entre los agentes sociales. Ni mucho menos sobre la opinión de Foro Asturias.
A toda esta indefinición, hay que sumarle, el periodo de interinidad, en el que se encuentra el actual Gobierno de Principado. Por lo cual cabe pensar, sin error a equívocos, que los últimos resultados electorales, no parecen ser nada partícipes - al menos con una claridad digna de tener en cuenta - a la fusión. Que hoy con cierta imagen pública de precipitación, se quiere hacer.
Si partimos, como así debiera de ser, de la legitimidad que tienen los asturianos sobre la Caja de Ahorros y su futuro, no cabe por menos que pensar, en retrasar la toma de tal irreversible decisión, y quedar a la espera, de la composición del nuevo gobierno, que para sí, han querido los asturianos.
Si al partido con más representación en la Cámara, y por tanto presumible rector de la política asturiana al menos en los siguientes cuatro años, le unimos la que ostentan los ayuntamientos fundacionales de la actual Caja de Ahorros y Monte de Piedad, parece de toda lógica el reconsiderar la toma de tal repito- histórica decisión, que de una manera u otra, terminara con un siglo de existencia; al menos como Obra Social. Y permitir por tanto, la constitución del Gobierno regional, antes de cualquier otro paso, en uno u otro sentido.
Que ha día de hoy, el Gobierno, que lo está de facto cesante, siga tomando decisiones, sobre esta materia, es a todas luces ilegítimo. Más; si unimos a esta ilegitimidad, la opacidad con la que se trata al partido, con mayor peso parlamentario, que no es otro que Foro Asturias (y no Francisco Alvarez-Cascos, por mucho que se empeñe LNE, y su subdirector-perseguidor, Alberto Menéndez, en adjudicar los acuerdos de este partido, a la exclusiva opinión de quien hoy ostenta su presidencia) en cuanto a manifestar libremente su opinión, entre los impositores.
Sea cual sea la opción, mejor y más ventajosa para el conjunto de los asturianos, esta no se le puede ser hurtada, ni obviar su legítima opinión que refleja el resultado de las urnas. Y que, coloca el escenario sobre la fusión, en otro estado totalmente diferente al 22M.
Por tanto, dejando a un lado el sistema por el que actualmente se rige la Entidad, para este tipo de acuerdos, y que al parecer, pasa por la voluntad de una Asamblea formada por 300 miembros, de los cuales 120 son impositores. Y no existiendo, al menos hasta en día de hoy, una unanimidad clara. Parece que lo más aconsejable y exigible, es el aplazamiento, hasta al menos la constitución del Gobierno de Asturias, y su puesta en ejercicio.
Cualquier otra decisión, sobre el futuro de nuestros ahorros, no sería más que hurtar a los asturianos, el derecho de iure o de facto les corresponde, ante el futuro de una Institución, de nacimiento asturiano, y de vocación asturianista.
Podrán argumentar, todos los derechos jurídicos, europeos o del FMI que se quieran, pero jamar será legítimo, si se lleva a efecto cualquier acuerdo de fusión en este estado de cosas.
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