Concejales, al autobús
Si los ayuntamientos son las administraciones más próximas al ciudadano, por lógica, los concejales tienen que ser los representantes políticos más cercanos a los vecinos. Esto es tan elemental como cierto es que hasta ahora no ha funcionado así, salvo honrosas excepciones, que haberlas haylas. La sociedad española está acostumbrada a un estilo de servicio público que se sitúa en las antípodas de lo que debiera ser.
Tras las elecciones del 22-M no han sido muchos los analistas de los resultados que repararon en la irrupción de UPyD (Unión Progreso y Democracia), un pequeño e incipiente partido, con escasos medios y poco apoyo mediático, que se convirtió en la cuarta fuerza política del país al obtener concejales en cerca de un centenar de municipios, destacando su entrada en el Ayuntamiento de Madrid, con cinco concejales. Puede hablarse de un éxito electoral.
Pero más que el número de ediles conseguidos, lo relevante de esta formación es su discurso limpio y regenerador de la vida pública que ha conectado a gran cantidad de españoles que estaban hartos de los comportamientos de muchos profesionales de la política.
De acuerdo con su programa electoral, este pequeño partido, UPyD, dice que no apoyará con sus votos a aquellas fuerzas políticas que lleven en sus listas a algún implicado en casos de corrupción y manifiesta, asimismo, su firme voluntad de luchar contra el despilfarro público prescindiendo de canonjías y privilegios, máxime en momentos de crisis en que es necesario, entre otras muchas cosas, dar ejemplo de austeridad.
En esta línea hay que situar la renuncia de estos nuevos concejales de Madrid a los cinco coches oficiales que tienen asignados, posiblemente una medida más relumbrante que efectiva desde la perspectiva del ahorro, pero que es un excelente gesto que les honra tanto como ha desquiciado a los demás partidos que no quieren renunciar al privilegio incomprensible que tiene el resto de concejales en este citado Ayuntamiento, por otra parte el más endeudado de España.
En absoluto está nada mal que los cinco nuevos concejales de UPyD inicien la práctica de los recortes en el gasto público por el escandaloso abuso de los coches oficiales, un signo externo que puede no ser revelador en lo económico, pero es una de las muestras de despilfarro en todas las administraciones del país.
Ignoro qué ruta va a seguir este reflexivo partido, pero su programa, si realmente se cumple, será como una ráfaga de aire fresco, ejemplo de coherencia en el ejercicio de la actividad pública, que media positivamente entre el ciudadano y la política cuando es ejercida de honrados cauces de austeridad y decencia como pauta de comportamiento de los servidores públicos. Corren malos tiempos, la gente lo está pasando realmente mal y, más que nunca, hay que predicar con el ejemplo.
Creemos que ha llegado, pues, la hora de bajarse del coche oficial, como primera medida, y subir al autobús, pero al autobús de línea, el que va al barrio, para ver obras y desperfectos, no al que lleva a recepciones oficiales distantes, donde ese transporte masivo es para no dar la sensación de despilfarro con tantos coches oficiales.
Conseguir generalizar eso en nuestro país, indudablemente, será para nota.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo