Lapsus... ¿qué lapsus?
A las pocas horas de cometer el famoso lapsus sobre las relaciones carnales
(perdón, quise escribir comerciales) hispano-rusas, Rodríguez Zapatero ya
se había hecho un hueco entre los primeros puestos de las búsquedas más
populares de internet y había encontrado un filón nuevo de votantes
entregados a la felicidad canalla. En tiempos de crisis, dicen los expertos,
sube el consumo de artículos eróticos, aunque sean de garrafón. Zapatero
follonero puede hacer fortuna como eslogan oficioso para las próximas
elecciones. Sí, he escrito elecciones... zetapé el que haya entendido otra
cosa.
¡Oh, por Ford! ¿Y si no hubiese sido un lapsus? Orgía-porfía, Ford y
diversión... la proliferación de contenidos pornográficos en televisión,
los Ejercicios Malthusianos, el reparto de preservativos y píldoras del
día después, el aborto libre y gratuito, la EpP (Educación para la
Progresía)... de repente la tiranía benéfica y huxleyana con la que nos
amenaza el Gobierno cobra toda su dimensión escalofriante. Todo cuadra.
Un mundo feliz, la inmortal novela escrita por Aldous Huxley en 1932 sobre
la ingeniería social del bienestar, describe cómo aunar dictadura y
democracia manteniendo al vulgo feliz con sus caenas mediante la
Subtítulo: Zapatero se equivocó ante el presidente ruso o fue un experimento propagandístico
Destacado: ¿Qué más podríamos pedir los españoles, con lo neumáticas que son las sharapovas que nos van a tocar apoyar en virtud del nuevo acuerdo de turismo?
distribución de drogas euforizantes, la promoción de la orgialatría y la
abolición del esfuerzo y del sufrimiento. Sin esfuerzo excesivo ni de
espíritu ni muscular. Siete horas y media de un trabajo ligero, nada
cansado, y en seguida la ración de soma, deportes, copulación sin
restricción, y el Cine Sentido. Que más podrían ellos pedir?, se dice en la
novela respecto de la casta plebeya.
En efecto, ¿qué más podríamos pedir los españoles, con lo neumáticas que
son las Sharapovas y Kournikovas que nos va a tocar apoyar en virtud del
nuevo acuerdo de turismo? Todos a cien con el presidente, y nada de pensar
ni filosofar, actividades que sólo conducen a la infelicidad.
¿Alguien sigue creyendo que fue un lapsus y no un calculado experimento
propagandístico en un momento en el que la popularidad de ZP cotiza a la baja?
Llámenme paranoico si quieren, pero es que hoy me he negado a tomarme mi
ración de soma. He visto el verdadero rostro de los Controladores. Y se me
ha puesto la carne de gallina...
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