Verticalidad sindical
El Consejo de Ministros ha aprobado la Reforma de la Negociación Colectiva, un real decreto ley parido por la patronal y por dos sindicatos que, si bien se han negado a firmar en última instancia, no pueden negar de ningún modo su responsabilidad en este desaguisado, pues han participado activa y directamente en el engendro de este feto, desgraciadamente para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras.
Estos sindicatos nos han puesto ante los caballos al sentarse con el Gobierno para legislar leyes que tendrán consecuencias nefastas sobre los trabajadores. Yo les pregunto a Menéndez y Toxo cuál es la función que debiera tener para estos casos el Parlamento del que se han desentendido y desligado, incrustando su granito de arena en esta negociación por más que ahora nieguen cualquier responsabilidad.
La clase trabajadora está sufriendo en sus carnes la crisis económica, el paro, la precariedad en el empleo, un paisaje en el que se vislumbra un 35% de personas en situación de paro que ya no reciben ninguna prestación por desempleo. Mientras esta situación empeora se adoptan otras medidas para beneficiar a quienes han sido y son culpables y cómplices de todo ello, ayudas a la banca a cuenta del erario público, incremento de las tarifas eléctricas y reducciones en las cotizaciones de las empresas. Y en su emisora política sigue ronroneando la frase que tanto llevamos escuchando en los últimos tiempos: «Vamos a seguir tomando las medidas que sean necesarias por duras que éstas sean».
Estos otros sindicatos han decidido dar su apoyo a las políticas antisociales aplicadas hasta ahora renunciando al sindicalismo del bienestar de los trabajadores y los servicios públicos.
Su objetivo principal es la transferencia de las rentas del trabajo hacia los beneficios empresariales. Los niveles salariales no son el origen de la destrucción ni los problemas de viabilidad de las empresas, el problema de éstas está en la falta de financiación, la caída del consumo, la maquinaria obsoleta y la mala gestión empresarial.
Subtítulo: El desaguisado de la reforma de la negociación colectiva
Destacado: El diálogo social se ha convertido en un instrumento del Gobierno de turno para legitimar los recortes sociales contra los trabajadores
Los derechos de los trabajadores se verán recortados por estas artimañas que no merecen otra calificación ni sustantivo, y que pretende alterar la actual regulación de la negociación colectiva modificando los artículos 83 y 84 del E.T., impidiendo con ella la negociación de convenios sectoriales en Asturias. Todo esto limitaría las posibilidades de hacer huelga, pues todas estas medidas tienen por objeto debilitar a los trabajadores en las empresas y otorgar más poder y control a la patronal.
Todo esto nos encamina al reconocimiento de un monopolio sindical bipolarizado en estos dos sindicatos (un nuevo verticalismo) donde la patronal aumenta sus beneficios para obtener por medio de una ley hecha a su merced el monopolio representativo que vienen persiguiendo desde hace años.
El diálogo social se ha convertido en un instrumento del Gobierno de turno para legitimar los recortes sociales contra los trabajadores y trabajadoras, silenciando unas veces y minimizando la mayoría la protesta social, mediante suculentas compensaciones de todo tipo a estos dos sindicatos concertantes (presencia mediática, subvenciones, patrimonio sindical, privilegios legislativos a favor del bisindicalismo), caminando peligrosamente hacia el seudoverticalismo democrático de sindicato único con «dos únicas marcas sindicales».
La constatación del fracaso del actual modelo de «diálogo social» y de sus resultados requiere un profundo análisis y reflexión para construir propuestas y alternativas sindicales ilusionantes para una clase social actualmente desencantada con el movimiento laboral al que actualmente nos están conduciendo estos dos sindicatos concertantes con el Gobierno de turno.
Ángel Suárez Iglesias,
secretario de Acción Sindical Regional de USO-Asturias
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