Cuevas y dinero público
En relación con la entrevista realizada a Alfonso Millara por LA NUEVA ESPAÑA el día 29 de junio, las guías responsables de las cuevas de El Boxu y El Pindal, Marta Soto y María González-Pumariega, respectivamente, debemos hacer un importante desmentido, el cual rogamos publique en su periódico. Dada la entidad del asunto y puesto que somos las responsables de las otras dos cuevas abiertas al público que, junto a la de Tito Bustillo, gestiona directamente el Principado de Asturias.
En relación con el contencioso que mantiene con la Consejería de Cultura, el encargado de la cueva de Tito Bustillo, A. Millara, reconoce que ingresaba la recaudación de esa cueva en su cuenta del banco y que así lo hacía «por orden de anteriores dirigentes de la Consejería» y que «así se hacía en todas las cuevas».
Las guías arriba citadas desmentimos rotundamente lo que no es otra cosa que una falsedad. Los ingresos de la recaudación de las cuevas de El Pindal y El Boxu se han hecho siempre en una cuenta del Principado de Asturias, mediante impreso oficial, y nunca en las cuentas particulares de estas funcionarias. Y siempre lo hemos hecho así porque se nos enseñó cuando comenzamos a trabajar en nuestros respectivos centros de trabajo. Nunca, ni antes ni ahora, recibimos una orden contraria respecto al procedimiento indicado y, mucho menos, sugerencia o directriz de que hiciéramos los ingresos de dinero público en nuestras propias cuentas; asunto que, por otro lado, nos parece increíble tener que estar aclarando.
Afirma igualmente Millara que ingresaba la recaudación de Tito Bustillo en su cuenta «por comodidad, funcionalidad y operatividad», y que «lo transfería al Principado mensualmente, con lo que sólo había que rellenar un impreso de ingresos al mes». No alcanzamos a entender los extremos de este razonamiento: nosotras ingresamos la recaudación con la periodicidad que esos ingresos requieren, ya sea diaria, semanal, quincenal o mensual. Y no cuestionamos si tenemos que ir una, dos o veinte veces al banco, ya que esta labor forma parte de nuestro trabajo.
En definitiva, el ingreso del dinero público recaudado por las visitas a la cueva de Tito Bustillo en una cuenta particular es acción exclusiva e iniciativa única de Alfonso Millara. Dice literalmente este empleado público: «El fiscal determinó que el beneficio que obtuve fue de 6,04 euros en siete años, pero no tuvo en cuenta las comisiones, que se cargaban en mi cuenta. En realidad perdí dinero». Al contrario que Millara, nosotras no hemos perdido ni ganado ni un solo euro con la recaudación de las visitas a las cuevas de las que somos responsables. Nuestros ingresos por trabajar en ellas son los que se reflejan en nuestra nómina mensual.
Sería conveniente que el encargado de Tito Bustillo resolviese sus conflictos particulares argumentando y respondiendo de lo que no es otra cosa que sus propias acciones y su exclusiva responsabilidad, sin recurrir a la difamación y la mentira sobre el trabajo realizado por otros, en este caso, dos personas responsables de sendos centros públicos, similares y cercanos a la cueva de Tito Bustillo.
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