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Respuesta idignada a Carmen Sanjurjo, senadora del PSOE

5 de Julio del 2011 - Fernando Andrés Villamil Chamarro (Oviedo)

Señoría, acabo de leer su artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA del cinco de julio de 2011 y con enorme indignación (valga la redundancia en esta época), rabia y prisa, me permito escribirle estas líneas.

Me siento indignado por la profunda confusión e ignorancia que usted tiene entre ideología social e ideología política. Me explicaré. En su párrafo sobre el texto de Hessel (yo también lo he leído), se conmueve por el llamamiento que hace a los jóvenes para la lucha por los Derechos Humanos, los valores democráticos basados en la ética, en la justicia y la libertad, esos valores presuntamente socialdemócratas, pero que han ido unidos al triunfo de la derecha en nuestras elecciones municipales y autonómicas. Lo que usted está diciendo es similar a decir que las derechas en España, hoy, no tienen valores democráticos basados en la ética, la justicia y la libertad. Históricamente, ¿desconoce quién fue el primer impulsor de los seguros sociales? Bismarck, amigo intimísimo de Marx, ¿verdad? La democracia, señoría, no es de izquierdas ni de derechas. Que se lo pregunten a los luchadores por la libertad chilenos, rusos, cubanos, argentinos, … o a los propios españoles. En todos estos países hubo o hay dictaduras; ¿todas de derechas?

Pues bien, no me extenderé mucho, pero le resumo. En España, PP y PSOE y el resto de fuerzas que participan en la partitocracia tendrán sus valores éticos (los propios de cada uno, ¿o me lo niega?), siendo muy bien pensado –muy buenista, como dicen ahora-, pero ningún respeto por la justicia ni por la libertad. Forman parte de un régimen que proclama las libertades individuales y derechos sociales, pero que ha venido negando la Libertad Política; reconocen las libertades del individuo, pero no la Libertad Política. En España no hay democracia, por mucho que ustedes estén todo el día con ese vocablo en la boca. Ni existe separación de poderes en origen ni los ciudadanos eligen a sus representantes. Por partes, con argumentos y con hechos:

1º) Separación de poderes. “…, de facto, la función legislativa del Estado y de los parlamentos autonómicos es una función subordinada y, en todo caso, mediatizada por los respectivos gobiernos, que manejan a los parlamentarios como a las figuras de un teatro de guiñol,…”. Este texto no está elaborado por un autor anónimo de una web subversiva o antisistema o un texto de un joven indignado en su blog, sino del “Manual de Derecho Administrativo I”, de don Ramón Parada, catedrático de Derecho Administrativo. ¿Hay separación de poderes, entonces, si existe subordinación fáctica de un poder a otro? Más aún, si los votantes (presuntamente) elegimos a nuestros Diputados y Senadores -poder legislativo- y estos se subordinan al poder ejecutivo, ¿hay democracia? ¿Quiere que siga con el sistema de designación del Consejo General del Poder Judicial? ¿O con el escándalo del Tribunal Constitucional? ¿De verdad esto es democracia? Un poco de rigor, señoría.

2º) El pasado 20 de junio de 2011 presenté un escrito en la Junta General del Principado de Asturias. Ni yo ni ningún asturiano sabemos quién es nuestro representante con nombres y apellidos. Sé que don Fernando Goñi no lo es –aunque a él iba dirigido el escrito-, puesto que sólo representa a la Junta General del Principado de Asturias, como presidente de la misma. También fueron copias del mismo para los cuatro grupos parlamentarios (por cierto que sólo me respondió el de Izquierda Unida – Los Verdes). ¿A quién me debía haber dirigido: A todos los Diputados de la Junta General, a los Diputados de la lista electoral de un grupo parlamentario, a la lista de quienes voté, o sólo a uno, indistintamente? ¿Y si no voté, a quién me dirijo? ¿En quién personifico mi representación?

Respecto a los gritos de que ustedes no nos representan, pues tan cierto como que hoy es verano. Ustedes no nos representan. Primero, porque no son elegidos por los ciudadanos, sino por las cúpulas de los partidos políticos y porque, una vez en su puestín, sólo representan los dictados de los grupos parlamentarios y no a los ciudadanos; ¿qué vinculación tiene usted con su distrito, excepto la de residente, con un poco de suerte, en la Autonomía? Más aún, ustedes incumplen sistemáticamente la Constitución Española pues están sometidos al mandato imperativo de facto de los grupos parlamentarios. ¿Cómo me explica, en caso contrario, los dedos alzados (uno, dos o tres) de los portavoces diciendo lo que tienen que votar en cada pleno o comisión: Sí, no o abstención? Eso es mandato imperativo; no como los proscribe la Constitución, sino más perverso aún. Completamente alegal. ¿Sabe qué le digo? Que en una democracia de verdad, el mandato imperativo sería obligatorio; el mandato imperativo del ciudadano elector sobre el elegido; no del partido elector –el que la ha colocado a usted en la lista, reitero- sobre el diputado o senador “designado”.

Como un fraile dominico me enseñó, “hay que ser parte de la solución y no parte del problema”. Pues en atención a este aserto, le quisiera señalar lo siguiente:

1ª) Ustedes y el régimen que disfrutan y al que dan aliento, son el problema; los indignados, son una parte de la solución. Este movimiento atina sobre algunos de los problemas, pero no totalmente sobre sus causas. Ellos saben que ustedes son un problema (ellos y los encuestados por el CIS, no lo olvide), y proponen soluciones que, desde mi punto de vista, no solucionan cuestiones tan series como la ausencia de representatividad de los ciudadanos y, en cambio, sí perpetúan los males de la partitocracia, como las listas abiertas o un sistema electoral proporcional.

2ª) ¿Quiere propuestas de verdad para que en España haya democracia y participación? Pues estudie y proponga las siguientes: Separación poderes en origen, sistema electoral mayoritario en distritos uninominales a doble vuelta, retribuciones de los parlamentarios a costa de sus distritos electorales y no del Estado, mandato imperativo, capacidad de deponer a los representantes sino se atienen a los mandatos de su distrito, antes de la finalización de la legislatura, prohibición de subvenciones públicas a partidos políticos, entre otros. Con esto ya sería un buen comienzo. Si quiere más, o profundizar en ellas, quedo a su disposición.

Respecto a la carga de trabajo y la importantísima función del Senado y sus indicaciones sobre los privilegios, le matizo: Recién aprobada la Constitución, el profesor de Derecho Político José Zafra señaló que el Senado no tenía ninguna función, era una cámara inane sino se le daban funciones específicas. Como era miembro del Opus Dei y daba clase en la Universidad de Navarra, era un fascista y no fue escuchado. 30 años después, la realidad ha sido tozuda y le ha dado la razón. Mi propuesta es, directamente, la supresión del mismo. Sobre su privilegios, ustedes no dan cuenta de su participación en los plenos a los ciudadanos, como señala en su artículo, sino a sus grupos parlamentarios, que imponen sanciones (¿a Felipe González también en la primera legislatura de Aznar como presidente?) y sus sueldos, dietas y complementos serán pequeños o grandes, al igual que los viajes en clase turista o Business Class, pero eso qué importa cuando, como le decía anteriormente, pagamos a alguien por un trabajo que no hace, que no es otro que el de representarnos. Que les paguen sus grupos parlamentarios o partidos políticos. Y qué quiere que le diga; los ojos de quien le escribe vieron hace unos pocos años como un diputado socialista, asturiano para más señas, “era colado” en el aeropuerto de Ranón, frente a la mirada atónita (e indignada) de los pacíficos ciudadanos que llegábamos horas antes a esperar la cola de facturación. Por cierto que el vuelo no era a Madrid a una sesión parlamentaria; creo recordar –si no me falla la memoria- que se iba con la familia de vacaciones a Canarias. ¿Cómo calificaría usted la escapada de la Ministra de Sanidad y Senadora, con sus padres a la fortaleza de Lazareto? ¿Privilegio, derecho, o desvergüenza sencillamente?

Por último, ¿sólo los progresistas quieren más democracia y participación? ¿Quiénes son esos progresistas? ¿Entran las derechas españolas en ese concepto de progresista? Porque yo pensaba que esta sacrosanta Transición había sido elaborada por personas de casi todas las ideologías. ¿O es que el PSOE quería la ruptura democrática?

Fernando Andrés Villamil Chamarro,

Funcionario del Principado de Asturias y miembro del Movimiento Ciudadano Hacia la República Constitucional.

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