La pluma de Jorge Jardón
La buena costumbre de tomarme el café de la mañana con la grata compañía del diario LA NUEVA ESPAÑA y desde hace unas semanas notar la falta de los comentarios firmados por el gran maestro del periodismo y buen amigo Jorge Jardón, me resulta difícil llegar a las páginas de Occidente y comprobar que no existe ningún comentario firmado por Jorge Jardón.
Estoy completamente seguro de que a más de un lector le ocurrirá lo mismo que a mí, aunque no tengan la fortuna que yo tengo de conocer personalmente a Jardón y poder tomarme con él los aperitivos correspondientes, además de mantener unas tertulias que en la mayoría de las ocasiones resultaban de lo más entretenidas y cordiales, aunque casi siempre nuestras conversaciones se centraban en temas que podían resultar atractivos a la hora de poder redactar información periodística o los plumazos a los que nos tiene acostumbrados el gran maestro Jorge Jardón. Créanme que lo que más echo en falta es la compañía del amigo en horas de nuestros vinitos y tertulias.
Jorge, los excesos del maldito tabaco nos han pasado factura, tanto a ti como a mí, aunque tengo la firme confianza de que pronto, muy pronto, estarás dándonos las noticias que con tu estilo de redacción sabes plasmar en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, más concretamente en las de Occidente, pues me consta que no hace mucho tiempo te han realizado una visita en tu domicilio dos personas, creo, y si no estoy mal informado, se trató del subdirector de este periódico Evelio G. Palacio y del sacerdote José Julio Velasco, quienes me consta te tienen en gran estima y aprecio, al igual que tú por ellos sientes gran admiración y respeto, cuando al llegar a Navia para interesarse por tu estado de salud te dieron los ánimos que en estos momentos necesitas como una dosis vitamínica para reincorporarte a las tareas y que puedas volver a informarnos con tus comentarios que tanto echamos en falta.
Amigo Jorge, no te puedes imaginar la cantidad de buena gente y fieles lectores de tus comentarios, entre los que se encuentra la familia de Bruno Méndez, el piloto de La Roda, que me preguntan por tu estado de salud y si volverás a tus espacios; yo les digo, con tu permiso, que tengo la confianza de que sin tardar mucho tiempo estarás con la pluma en mano para seguir en la misma línea, que lo de ahora es temporal, que se trata de una parada en «boxes» para realizar la reparación que te permita seguir en la carrera del periodismo y cruzar la meta con bandera a cuadros, pues el equipo de mecánicos que te atiende en el campo de la medicina en el Hospital de Jarrio están lo suficientemente preparados para realizarte una excelente puesta a punto.
No me quisiera olvidar de aquel acto celebrado en el mes de julio de 2007, en la Casa de Cultura «Gonzalo Anes» en Ortiguera, donde el Ayuntamiento de Coaña, que preside Salvador Méndez, te hacía entrega de la insignia de oro del concejo coincidiendo con los actos de conmemoración del 150.º aniversario del nacimiento de la periodista Eva Canel, siendo el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, quien te transmitía su más cordial felicitación a través de un comunicado enviado a tu periódico, LA NUEVA ESPAÑA, donde textualmente decía: «Este galardón, que simboliza el cariño y la consideración que los ciudadanos y las ciudadanas de Coaña tienen hacia tu persona, viene también a reconocer tu labor periodística durante más de 25 años en la zona occidental de nuestra tierra, siempre con ese cariño y esa dedicación que demuestras en cada uno de tus escritos». Finalizaba el Presidente su comunicado con una despedida que también es a la que yo, tu incondicional amigo, también me sumo. «Con mis mejores deseos y en la seguridad de que no será ésta la última felicitación que te haga llegar».
Amigo, esta felicitación del presidente, de nuestro presidente, también demuestra el gran aprecio y la valoración a tu pluma en los escritos e informaciones periodísticas.
¡Ánimo, campeón! En breve nos veremos tomándonos el aperitivo acompañados de los amigos Villa, Venan y Alfonso, entre otros.
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