Anguilas-angulas
Después de leer un artículo en la revista «Quercus» del pasado mes de junio sobre la anguila-angula en Andalucía y comparando ésta con la situación de la misma en Asturias, me decidí a escribir esta carta.
Recuerdo cuando en la niñez muchas tardes de verano las pasábamos pescando, el agua del Nalón negra y turbia apenas tenía truchas en su curso a la altura de Grado, pero la picada de la anguila no se hacía esperar, en el Cubia había una bajo cada piedra. Hace unos cuatro años, bajando a nado desde Puerma a la desembocadura del Cubia no conseguí ver ninguna, sí se veían en el Narcea en La Columna, en La Figal, como supongo que en el resto de su curso. Este año, dándome un chapuzón en El Texu no conseguí ver ninguna, no dudo que quedan anguilas en el Narcea, pero sin duda pocas, y ¿hasta cuándo?
Seguramente, nadie de los que hace veinte años las pescaban por kilos a la mirucada en un par de horas tras un chaparrón veraniego se podía imaginar esto. El Nalón, sin estar limpio, está mejor que en los últimos cincuenta años, entonces ¿qué pasa con las anguilas? Sin duda, las fechorías que a lo largo de los años se vienen realizando con la angula están pasando factura, y lo peor es que a pesar de la prohibición de pescar la anguila se siguen cometiendo. ¿Por qué? Es como prohibir el salmón y permitir pescar esguines con red, o coger los huevos de la perdiz parda o el urogallo estando protegidos los adultos, pero lo que sería la hostia es que, para regocijo y negocio de algunos, se hiciera una fiesta para feriar los huevos y degustarlos a precios astronómicos en los restaurantes de la población de turno. Semejante burrada es lo que se hace cada año en el Festival de la Angula en San Juan de la Arena, los altos precios hacen que siga rentando su captura no exenta de penurias. Nuestros políticos, que ni entienden de angulas, anguilas, ni perderán el sueño por ello, sí temen perder los votos derivados de actuar en consecuencia y como debieran.
Según el citado artículo, la prohibición de la anguila es consecuencia de la aplicación del reglamento 1100/2007 de la Unión Europea, que obliga a los estados miembros a la adopción de medidas de protección muy estrictas con esta especie. En Andalucía se persigue y decomisan las artes de su pesca furtiva, pero es que aquí, en el Paraíso Natural, se permite y fomenta dedicándole un festival, y lo curioso es que pertenecemos al mismo país. Soy consciente de que esta carta no sonrojará a quien ostenta cargos de responsabilidad para con esta especie, o quizá sí, pero no cambiará nada en consecuencia, pero si es leída por algunos/as de los que frecuentan dicho festival o los restaurantes donde se ofrece y recapacitan sobre las desastrosas consecuencias que para la especie tiene su consumo, pues es sabido que sin demanda no hay oferta, y rechazan éste, habrá merecido la pena escribirla. La anguila es fundamental para la salud del río. Angulas, ¡no, gracias, hay que dejarlas crecer!
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