72.º aniversario del regreso de la Santina
A la liberación de Asturias el 21 de octubre de 1937, la imagen de la Santina no apareció.
En septiembre de 1938 se celebró la tradicional novena a la Virgen de Covadonga, pero no estaba su imagen.
En junio de 1939, el caudillo Francisco Franco dio la noticia de que la imagen de la Virgen de Covadonga había aparecido en un desván de la Embajada española en París.
A hombros de españoles hizo su entrada en España por Irún el día 11, donde fue recibida por altas dignidades de la Iglesia y del Estado, presididas por el representante del Papa y por la esposa del caudillo, la insigne ovetense doña Carmen Polo.
El día 13 de junio tuvo su entrada en Asturias por Pajares, donde fueron a recibirla millares de asturianos y desde donde empezó a peregrinar por toda Asturias a hombros de devotos de todas las clases sociales.
El día 17 de junio hizo su entrada en Oviedo por San Lázaro, donde fue recibida por una inmensa multitud.
La ciudad entera estaba engalanada con ramajes, flores, arcos de triunfo y banderas.
Se celebró una novena en la Catedral a la que asistió todo Oviedo, quedando la Catedral pequeña.
El día 27 salía de Oviedo, miles de ovetenses la acompañaron hasta Noreña.
El día 6 de julio llegaba la Santina a Covadonga entre cánticos de una multitud emocionada, hasta un altar improvisado frente a la basílica, donde se celebró la santa misa por el obispo de Oviedo doctor Arce Ochotorena. Terminaba la santa misa, a hombros de cuatro generales, por una apretada alfombra que formaban los miles y miles de asturianos, entre cánticos de alegría, lágrimas y sollozos, llegó la Santina a la santa cueva.
El cántico del himno de la Virgen de Covadonga, que retumbó en las agrestes montañas, desbordó de entusiasmo, de una forma extraordinaria, a todos los peregrinos que estaban con su Virgen.
Al popular entusiasmo contribuyó el Caudillo, quien había firmado un decreto con la concesión a la Virgen de Covadonga de los honores de capitán general.
Este año, al cumplirse el 72.º aniversario de su regreso, la Hermandad de Defensores de Oviedo, como ya es tradicional, ha estado presente en Covadonga para, después de oír la santa misa en la basílica, en la santa cueva, depositar un ramo de flores a los pies de la Santina, rezarle una oración pidiéndole que bendiga y proteja a todos los españoles y muestre que sus hijos suyos son, finalizando los actos con el cántico del himno de la Virgen de Covadonga.
Fermín Alonso Sadaba, presidente de la Hermandad de Defensores de Oviedo
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