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Plantación social sustitutoria

18 de Julio del 2011 - César Alonso Guzmán (Boal)

Este día atrás, en el desarrollo de un incendio en Illano, apareció una repoblación de arbolado autóctono realizada por los objetores de conciencia al servicio militar obligatorio. Ardió por completo.

Nadie sabía de ella. En aquellos años en que se realizaba el servicio social sustitutorio tampoco se sabía qué hacer con los objetores, así que a muchos se les ponía a plantar lo mismo que pudiera ponérseles a picar piedra. Tan poco importaba lo que hicieran, que estas repoblaciones son, administrativamente, inexistentes.

Esta historia recuerda al cuento ése de «El hombre que plantaba árboles», pero con final triste, ya que los árboles se calcinaron. Puede ser, quién sabe, que en años venideros vayan descollando blandas copas sobre los mares de brezo y tojo y se descubra un robledal plantado por los objetores, mas nadie sabrá de dónde ha salido.

La mili se acabó en el 96, creo recordar, y es sorprendente el número de personas, chavales, evidentemente, que no tienen ni idea de lo que era el servicio militar obligatorio y mucho menos la prestación social sustitutoria que realizaban los objetores de conciencia.

El Estado, aquí, ha mostrado su cara más pétrea, déspota e insensible. Es de esperar, ya que esta repoblación estaba en un monte público, que se vuelva a restaurar dignamente, quizá con voluntarios, y que se retome y continúe la infravalorada labor que realizaron estos chavales. Es tan de ley que así se haga, que no ha de importar quién ostente la gestión de los montes ni del Banco de Tierras, que es el propietario.

La otra opción es meter cabras y burras, pero sería tan obsceno que da asco tan sólo pensarlo.

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