Agradecimiento a unos enfermeros asturianos
Lunes 11 de julio en Ibiza. Mi amigo y yo volvemos de la cala de Hort en nuestras respectivas motos. Yo caigo en una curva, tras derrapar, quedando tirado en la cuneta con lesiones en las extremidades, básicamente quemaduras y un boquete en la rodilla que tiene mala pinta. En seguida se detiene junto a nosotros un automóvil y sale una familia. El padre y la madre, dicen, son enfermeros del Servicio de Urgencias del Principado de Asturias. Nos atienden en todo momento, tranquilizan a mi acompañante y se encargan de cuidarme entre tanto llega la ambulancia para que me traslade al hospital. No quisieron darle sus nombres a mi amigo y busco la manera de agradecerles la atención y el consuelo que me dispensaron. Son este tipo de situaciones las que le confirman a uno dónde reside la calidad humana de la persona, más allá incluso de su profesionalidad. Otra pareja más y, sobre todo, la Guardia Civil se personaron de inmediato y conformamos entre todos el tópico retrato veraniego del accidente de tráfico. Ojalá los siniestros que lamentablemente se darán durante el resto del verano se salden con la misma suerte que yo tuve. Gracias, de corazón.
Íñigo López Jáuregui
San Sebastián
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