¡Bienvenido Presidente!
Sr. Álvarez-Cascos:
Acaba usted de llegar a la Presidencia del Principado, impulsado por un buen número de asturianos que han tenido a bien otorgarle su confianza. En principio, más a su persona, en concreto, que a su proyecto político. En una época en la que existe un preocupante déficit de políticos de talla, tanto a nivel regional como estatal, es un lujo para Asturias el poder contar con una persona de su carisma, con tan acreditada capacidad, conocimientos y experiencia que, liberados de ideologías y haciendo un mínimo ejercicio de objetividad, no es difícil de admitir le sitúan bastante por encima de sus oponentes políticos naturales, PSOE e IU, y a años luz de la frustrada ex candidata del Partido Popular que, como fuerza teóricamente más afín, tuvo el poco acierto y peor fortuna de elegir para optar a tan alta representación.
Pasado el tiempo de los malogrados intentos de llegar a algún tipo de acuerdo con el PP, y superado el debate de investidura en el que quedó meridianamente patente el odio, inquina y resentimiento que esta formación política le profesa, escenificado en la desaforada actuación de la portavoz de este partido, le ha llegado la hora de la verdad: gobernar. Demostrar con el tiempo y los hechos a todos los que le votaron que no estaban equivocados, y convencer a los que en su momento no le otorgaron su confianza de que hubiera sido merecedor de ella. Si así lo hace, no solo tendrá, junto con su satisfacción personal, el agradecimiento de todos los asturianos, sino que habrá conseguido consolidar a FAC como formación política regional preferente.
El camino que tendrá que recorrer no será fácil; necesitará, por tanto, desplegar todas sus capacidades y habilidades para sortear los múltiples y variados obstáculos, de toda índole y condición, que se le presentarán en este viaje. Tendrá la ventaja de encontrar a una izquierda desacreditada por la ineficaz gestión que protagonizaron durante los últimos gobiernos, desorientada por los resultados de los últimos comicios y preocupada por lo que les pueda acontecer en las próximas elecciones generales, lo que, probablemente, les conducirá a una oposición constructiva y poco agresiva. Frente a esto, se encontrará con el inconveniente de una derecha que, noqueada por el estrepitoso resultado cosechado en las urnas, teniendo ya poco que perder, no dudará en utilizar todos sus recursos en intentar destruir su imagen y, por ende, la de la formación en la que milita, aún asumiendo el evidente riesgo, en caso de fracasar en su propósito, de quedar reducida a una fuerza testimonial con un techo inferior al de IU. En cualquier caso, no olvide el aforismo de que no hay peor cuña que la de la misma madera, que Espinosa viene de espina y que, cualquier espina, por pequeña e insignificante que sea, siempre puede causar daño.
Mis mejores deseos de que pueda superar con éxito la difícil y complicada empresa que en este momento inicia. Sin duda que será bueno para usted, para Asturias y, en definitiva, para todos los asturianos.
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