Desagradable y lamentable
Apenas unos renglones deberían servir para dar respuesta al artículo que el pasado 14 de julio firmó Gilberto García Buelga, secretario de Políticas de Desarrollo de CC OO en Asturias en este mismo diario.
El desarrollo de la tolerancia representa actualmente uno de los más grandes desafíos (si no es el más importante) al orden democrático. Los diferentes valores que encarna el régimen liberal-democrático no han impedido el surgimiento de formas diversas de «prejuicio» y «discriminación» que a su vez han generado intolerancias. Es decir, formas de rechazo o de desprecio en las que es posible identificar elementos de frustración y de temor a la «verdad». Este rechazo constituye un recordatorio de que, en épocas de adversidad, es muy frecuente hacer recaer las propias culpas sobre los adversarios, quienes sirven de víctimas expiatorias. Con todo ello me refiero a la curiosidad que me ha suscitado la forma en que el secretario García Buelga inicia su artículo, al apreciar que le resulta lamentable y desagradable, amén de ser una pérdida de tiempo, dar respuesta a mi anterior escrito. Curiosa forma de respetar la libertad de expresión o pensamiento que todos debiéramos poseer.
En primer orden de cosas me asalta la curiosidad por su indignación, término muy empleado en estos últimos tiempos. Por respeto al sindicalismo en general, no cito ninguna sigla en mi anterior artículo. Hay muchos cargos sindicales que desde luego no están a favor del acuerdo de las pensiones firmado con el Gobierno. Pero hay que ser claro y conciso en este aspecto. No es de recibo, y ahora sí cito siglas, que CC OO levante al populacho el pasado 29 de septiembre en favor de una huelga general contra las reformas llevadas a cabo por el Gobierno, y escasos meses después hipoteque el futuro de todos ellos con la consabida firma de la reforma de las pensiones. Y es hacer uso de una demagogia barata y poco excelsa trasladar la culpa del acuerdo que ustedes firmaron a la Comisión Europea, al destino de los mercados, al Gobierno actual o a la CEOE. Como también es incierto el querer ponerse las medallas de la lucha contra todas estas fuerzas en los últimos meses, haciendo oídos sordos y ojos ciegos al reclamo y a las manifestaciones de otras fuerzas sindicales, de menor tamaño y acogida, pero que se están convirtiendo en los últimos meses en los únicos y más firmes defensores de los trabajadores y trabajadoras.
El pilar reivindicativo de estas organizaciones está potenciando la regeneración del marco sindical ante tanto desprestigio social como ha infligido «su» sindicalismo, fruto de una legislación viciada, por un diálogo social espurio fruto de prebendas, subvenciones y blindajes institucionales.
Entendemos que es profundamente necesario que se dé la regeneración y democratización de la vida sindical en España con la promulgación de una auténtica ley de Libertad Sindical que respete el pluralismo y que equipare al listón político la adquisición de representación plena con el 3% de delegados electos.
Subtítulo: En respuesta al secretario de Política de Desarrollo de CC OO
Destacado: Cuando uno deja de ser consecuente y libre en busca de cantos de sirena u otras prebendas deja de poner el sindicalismo al servicio del trabajador para empezar a actuar con criterios de empresa
Cómo no vamos a tener una posición crítica con respecto a las dos instituciones sindicales del Estado, cuando anteponen su statu quo, la petrificación del bisindicalismo y la práctica del neoverticalismo sindical mientras hurtan información en un tema como la negociación colectiva. Para la USO la actitud de los sindicatos mayoritarios condenará a centenares de miles de trabajadores a no llegar a cobrar una pensión contributiva y a millones de trabajadores a trabajar más años para cobrar una menor pensión. Echar las culpas a otros no les va a exculpar de absolutamente nada. Aún soy capaz de recordar a Toxo y a Méndez renegando frontalmente de la futura reforma de las pensiones en diversos medios de comunicación para posteriormente querer presentarlo ante toda la sociedad como un logro.
La labor de un sindicalista, como usted bien debiera saber, no es la de desprestigiar a otro o buscarse enemigos (aunque uno ya tienes bastantes), sino informar a los trabajadores y a la sociedad a la cual no están sabiendo conducir de la firma de acuerdos con el Gobierno. Su firma. Y esto, en lugar de «desagradable» y «lamentable», es para mí un derecho democrático además de una responsabilidad sindical.
Por último quisiera decir que en el seno del sindicato al que represento nadie se lamenta por la representación que ostentamos. Todo lo contrario, pues está en pleno crecimiento y está siendo conseguida sin tomar ningún tipo de atajo.
Somos críticos con los gobiernos, tanto autonómicos como centrales, sean del color que sean, así como con la patronal, pero hay otras fuerzas que llevan tiempo poniendo e instaurando de modo autoritario condiciones para que la USO no esté en las mesas de negociación.
Para crecer hay que ser consecuente y libre, además de sincero con aquellos a los que se pretende representar. Cuando uno abandona esos valores en busca de cantos de sirena u otras prebendas deja de poner el sindicalismo al servicio del trabajador para empezar a actuar con criterios de empresa.
Ángel Suárez Iglesias. Secretario de Acción Sindical de USO Asturias
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