Miedo
Todos tenemos miedo, es una emoción, nacemos con ella y nos ayuda a ser prudentes.
En muchas empresas y organizaciones se utiliza para lograr objetivos. ¿Cómo nos influye? Depende de las motivaciones de cada uno. El no llegar a fin de mes, el miedo al fracaso, la pérdida de poder, el cambio, etcétera.
Cuando una empresa emplea el miedo como fórmula de gestión, convierte el miedo equilibrante en algo tóxico y daña el talento de la persona, la creatividad ósea, mala receta para entornos de cambio y flexibilidad como los actuales.
Este método es llamado clásico en los entornos de gestión de personal y es obsoleto, salvo que no se quiera ganar ningún premio a la buena gestión, innovación.
¿Existe otro modelo? Afortunadamente sí. El no miedo; en este modelo, el miedo no se emplea como método para lograr objetivos. Este modelo se basa en dos claves fundamentales, la comunicación y el liderazgo.
La ausencia de comunicación genera inseguridades, para las organizaciones que quieran desterrar el miedo su antídoto es la transparencia. La trasparencia ha de ser una parte de la gestión de los jefes.
El liderazgo se ejerce cuando se conoce a las personas e inspira confianza. El líder no controla a sus colaboradores, define objetivos y deja hacer. De esta forma, los colaboradores quieren seguirlos no sólo por una decisión racional, sino también emocional.
Por qué esta reflexión. En mi empresa funciona la gestión del miedo, la no comunicación y la falta de liderazgo en todo el organigrama. (Bueno hay líderes y la antigua usanza ordeno-mando). Lo sufrimos permanentemente a todos los niveles, incluso como representantes de los trabajadores.
Tenemos que hacer algo por cambiar esto en beneficio de todos y de la propia institución en la que trabajamos, sus resultados positivos son nuestro salvoconducto de la continuidad como SERIDA y no como organismo privado en manos de...
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