El binomio Cascos-Fernández, necesario para Asturias
Contra viento y marea, verbigracia, Rajoy y cuantos le secundaron en su desafortunada operación «anti Cascos», éste ya es presidente del Principado con su flamante Foro –por ese otro foro, se van a la oposición, una vez más, los populares asturianos–, como aquí ya hemos dicho en más de una ocasión. No había otro candidato mejor y más idóneo para Asturias, que Rajoy eliminó, arteramente, con el consabido daño para su partido, que será el que pagará las consecuencias, mañana, electoralmente. Aquí, lo acabamos de ver.
Magistral fue el discurso de Cascos en su toma de posesión, el día 16 de julio –festividad, por cierto, de la Virgen del Carmen, patrona de los hombres de la mar–, conciliador y tendiendo la mano a todos los partidos políticos en la lucha por Asturias. Un sentido recuerdo para cuantos presidentes le precedieron en el cargo. Cita y recuerdo también de ilustres personajes que son pasado y enriquecieron nuestra historia asturiana, de la que ellos fueron sus mejores valedores. Una ponderada intervención fue también la de la ministra Rosa Aguilar, que representó al Gobierno en tan importante acto. Al que, por cierto, faltó el alcalde de Oviedo –y alguno más de su cuerda–, ausencia que de no estar justificada, acabará por dañar su imagen y echar por tierra su prestigio como el mejor regidor que ha tenido la capital del Principado. Mala cosa es llevar a la política las cuestiones de índole personal.
Cuanto ha prometido Cascos, ahora lo tiene que cumplir. Y lo hará, si los demás partidos, ideologías aparte –la única ideología, Asturias–, aceptan la mano que les ha tendido, cosa que ya ha hecho, en el debate, Javier Fernández (brillante fue su intervención entonces, sin chuleta ni papel alguno), que es el mejor político que hoy tiene el PSOE en Asturias. Un gran logro sería para todos que el binomio Cascos-Fernández, al margen de toda ideología e intereses de partido, no tuviera más que un solo objetivo político común: Asturias, tan olvidada siempre en el concierto nacional de comunidades. Y es que hemos sido siempre la Cenicienta del país, que hoy es una maravilla para Zapatero y su Alicia.
El timón de la nave asturiana está hoy en manos de un nuevo capitán, cuyo mando ha tomado, precisamente, el día de la patrona de los navegantes. Pues bien, que ella nos lleve a todos, mando y tripulación, a un puerto seguro y mejor. Y en él, la paz social, bienestar y trabajo para todos.
Ricardo Luis Arias
Aller
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