«Sácote la placa»
Siempre he sido de cierta tendencia pesimista, y con frecuencia incluyo en mis comentarios frases como «este mundo va a acabar mal» o «esta sociedad está perdida» y son, hechos como el que me ha sucedido hoy, los que me confirman esta negativa idea.
Va a ser un poco difícil describir la situación, ya que se trata de un incidente de tráfico en zona urbana, pero intentaré que se pongan en escena. Imagínense una calle de doble sentido con vehículos estacionados en batería, un vehículo estacionado en cordón en el carril derecho y un cruce a escuadra del que salgo yo. Voy circulando, salgo del cruce en un giro a izquierdas, me incorporo a la calle de doble sentido, y veo que viene hacia mí otro coche que esta rebasando al vehículo que está aparcado en cordón, pero tras rebasarle prosigue por el carril contrario en vez de volver al carril derecho, hasta aquí todo claro ¿no?, bien. Al ver a dicho automóvil circular frente a mí, freno, quedando mi vehículo un poco ladeado pero dentro de «mi» carril, el otro vehículo se detiene también pero sin realizar ningún cambio de dirección, espero unos segundos para ver si el conductor ha tenido algún percance, (calado del motor o algo similar), y al no observar reacción del vehículo, bajo la ventanilla, y le indico con la mano que se dirija hacia su lado derecho. Como continúa sin moverse, me bajo del coche y me acerco preguntándole, con buenos modales y un tono de voz correcto: «¿Qué haces?». Es a partir de ese momento donde empieza el espectáculo. Me encuentro con una pareja, ella conduciendo, me pregunta que si no vi el «stop» del cruce del que salgo, a lo que respondo que la señal pintada en el suelo y la vertical con un triangulo es un «ceda el paso», bueno, me dice que le diga al dueño del vehículo estacionado en cordón, (que ya habían rebasado), que está mal aparcado (no estaba el propietario del vehículo y distaba ya del vehículo más de doce metros, lo comprobé después), y justo en el momento en que su acompañante me preguntaba si yo conocía el Código de Circulación, otro coche que venía en el mismo sentido que ellos, les rebasó por la derecha, (fíjense dónde estaban situados), y siguió su camino. Al contestarle al acompañante que estaba seguro de que conocía el Código de Circulación con bastante anterioridad que su persona, comenzó a mascullar algo como que iba a tener que explicarme él mismo el Código y no sé qué de llamar a la Guardia Civil. Les reitero que están en el carril contrario y que tienen que circular por la derecha. Entonces, el individuo sale del coche, subiéndose los pantalones en la parte trasera, (creo que se lleva eso), y con cierta actitud chulesca, me dice que «a ver si va tener que sacarme la placa», que si él me iba a enseñar el Código de Circulación, y que como llamase a la Guardia Civil...
No dando crédito a lo que estaba sucediendo, y tras reiterar el «presunto agente» lo de «sacar la placa», le espeto que me importa un pito su placa, (de manera un poco mas soez), y que si quiere llamar a la Guardia Civil que la llame, señalándole con la mano la dirección del cuartel. Tras esto, y viendo que el personaje se quedaba un poco descuadrado y yo totalmente alucinado, me dirijo a mi coche, y al tiempo que montábamos en nuestros vehículos todavía apostillaba que me había «apuntado la matrícula», sin palabras.
Recapitulando, después de la inverosímil situación, y al tiempo que escribo estas líneas, me pregunto qué será lo peor, que este «supuesto agente de la autoridad», en proceso de formación, en prácticas, o lo que sea si es que es algo a parte de imbécil, se atreva a desafiar e imponer sus criterios al resto de los mortales (no sé si saben el chiste del sombrero reglamentario), o qué puede suceder con este personaje cuando esté en acto de servicio o pueda llegar a estarlo alguna vez.
Ah, he olvidado mencionar que vivo a escasos veinte metros de la escena del crimen, ¡por si van a detenerme! Lo que nos espera...
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