Réplica al señor Rosell, presidente de la CEOE
Hay empresarios incumplidores: son aquellos que aportan poco IVA a las arcas de la Hacienda pública generando muy poco valor añadido (y no me refiero a defraudar). Me refiero al incumplimiento de la función de generar valor añadido. Pero siempre hay que dar otra oportunidad al incumplimiento de la función.
Habla de que: «Quien se apunte al paro porque sí habrá que decirle que no». Oiga señor empresario, ¡qué no le entiendo! Me está usted diciendo que los empresarios despiden y envían al paro porque sí, o algo por el estilo. Supongo que no es esa su intención, sino decir que los jóvenes (50% de desempleo juvenil, que no parados) y no tan jóvenes vayan a trabajar a las empresas gratis a cargo del Estado, siendo allí programados adecuadamente en la tarea a realizar (usted lo llamará formarse). Eso les facilitaría mejorar su baja competitividad empresarial de cara al exterior, pero no mejoraría la empleabilidad de esos jóvenes, ni el futuro de los no tan jóvenes o del país. Oiga, ya que el Estado debe pagar parte de la masa salarial de sus empresas, según se deduce de a donde llevan y de donde proceden sus declaraciones, le propongo que el Estado se encargue de un salario básico universal con la única condición de: a) estar contratado por una empresa; o, b) estar bajo una actividad formativa, o de otro tipo, siempre y cuando sea realizada por la Administración del SPEE con sus propios medios (no valen los centros colaboradores empresariales o sindicales, fundaciones u otras cosas así). Y el resto del salario lo ponen ustedes. ¡Ah! ¡Y se olvidan de subvenciones! Las penalizaciones según quedó reflejado en el párrafo anterior.
¿Pero qué problema tienen ustedes con la salud y visitar al médico? ¡Que pongan médicos por la tarde! Mire le voy a dar un consejo: «Preocúpense de liderar el trabajo y repartir esfuerzos». Es sencillo, sólo tiene que recordar que son ustedes emprendedores y no capataces; por tanto, pónganse a liderar trabajo que no controlar no-trabajo, y ¡ala!, a generar valor añadido para recaudar IVA (recuerdo: no lo pagan ustedes).
Dice dirigiéndose a los estudiantes: « que esté ocho años para una carrera de cinco, no, y que no se lo vamos a pagar siempre». En esto de la formación hay que cambiar muchas cosas. Pero ya se lo he dicho, no se preocupe del mal estudiante, preocúpense del buen estudiante: ¿cuántos investigadores tienen ustedes en nómina que hayan acabado la carrera en cinco años (e incluso en menos), sacándolos del desempleo? Porque el porcentaje seguro que no da la media. Lo cierto es que los mejores investigadores se nos están yendo contratados fuera. Y eso sí que es preocupante y les compete. Lo que no nos podemos permitir más es el fracaso de la clase empresarial que, cuando vamos a un supermercado (olvidemos la alimentación), prácticamente todo lo que debemos comprar por pura necesidad: ni está producido en España, ni proviene de una empresa española. Además, es curioso, Europa está apostando por una sociedad del conocimiento y un aprendizaje permanente, no de ocho años, sino de cuarenta y ocho o más.
Señor Rosell, sus argumentaciones parecen indicar que son las de un capataz que necesita esclavos y no las de un empresario moderno que necesita personas, científicos y técnicos, para desarrollar sistemas de producción automatizados y manejar robots (metálicos) que hagan competitivo su producto. Si quieren que entre todos establezcamos una economía de guerra contra esta crisis, hagámoslo, pero a cara descubierta, empleemos a las personas y mucha ética. No tiremos balones demagógicos fuera culpando a otros.
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