Nueva réplica a las guardaguías de El Buxu y El Pindal
He leído, esta vez con júbilo y regocijo, porque la verdad triunfa por sí misma y la mentira necesita siempre complicidad, la carta que han remitido, el día 19 de julio, a LA NUEVA ESPAÑA. Han vuelto a convertir un asunto privado en algo público. No han rebatido ni una sola de mis argumentaciones, datos y razonamientos, que califican como exabruptos y trapacerías: ni el incumplimiento horario, ni el posible incumplimiento a la ley de incompatibilidades, ni sus retrasos en los ingresos, ni dónde custodiaban este dinero, ni de la reclamación del dinero de El Buxu depositado en Tito Bustillo. Nada, sobre esto, nada. Por menos de esto se me abrió un expediente. Se han parapetado detrás de la ofensa y la patraña y se han vuelto a retratar. Honradas y honestas. ¡Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces!
Más gracia me ha causado su absoluto desprecio. Es imposible despreciar cuando nunca han tenido aprecio ni estima. Me siento absolutamente orgulloso de su absoluto desprecio. Hace años, por su propia voluntad, que no me dirigen la palabra, estaban de vacaciones cuando en su colegio dieron las clases de educación y cortesía. Es más, creo que lo que me profesan es una tremenda envidia, participaron en la misma promoción interna que yo para encargado de cuevas, pero, lamentablemente para las dos, ninguna la aprobó; sin embargo, María Pumariega, en su examen de acceso a guardaguía realizó el examen perfecto: ¡100 preguntas acertadas de 100!, debe de ser la excepción al principio de perfección imposible. Tampoco quiero recordarle cuando formó parte, como vocal, del tribunal de oposición para una plaza de guardaguía en el año 2006; y tantas, tantas otras cosas que por delicadeza y decoro prefiero omitir. En lo poco que han acertado es en que soy el único encargado de cuevas del Principado de Asturias, y que ingresó el dinero en su cuenta particular (y no siempre, además de ser este un asunto definitivamente aclarado) antes de hacerlo en la cuenta del Principado; obviamente, sólo existe en todo el Principado una categoría de encargado de cuevas, y creo, tras la jubilación de mi gran amigo Chema Ceballos, sea posiblemente el único de España, cuestión que, a pesar de destilar tanto veneno, aún no han digerido.
En cuanto a su desempeño laboral (sic), manifestarles que, con una tasa de desempleo del 22%, al menos deberían cumplir su horario: en un caso, siete horas, y en otro, siete horas y media.
Otra buena ocasión para haber estado calladas. Se han vuelto a descalificar a sí mismas.
Como muy posiblemente, ya que se han autodeclarado como colectivo, quieran seguir con estas diatribas y panfletillos, sobre esta y futuras cuestiones comunes, gremiales o individuales, yo, de forma definitiva , por desinterés y aburrimiento, he decido concluir, no sin antes remitir al nuevo consejero de Cultura petición de máquina de control horario para las cuevas de El Buxu y El Pindal, y al director general de la Función Pública, comunicación sobre el posible incumplimiento de la ley de incompatibilidades para que obre y actúe en consecuencia.
Vale.
Alfonso Millara González, encargado de cuevas, Ribadesella
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