Mal perder o el hilo de Adriana
La presidenta del Colegio de Médicos de Asturias acaba de felicitar a todos los asturianos, ya que con la toma de posesión de Cascos empieza un futuro de esperanza. Yo la felicito a ella y a su marido, el portavoz de Foro, el señor Sostres, que seguro que a ellos les va a ir muy bien. Fin de cita, que reproduzco de «En corto y por derecho» de LNE del 19-07-2011. Las citadas son palabras de Adriana Lastra, secretaria de acción municipal en la ejecutiva de la FSA.
No conozco al matrimonio Sostres, ni milito en Foro. Vaya por delante esta precisión como aval de un mínimo de objetividad en las reflexiones que la cita me inspira. Por otra parte, si por el que a ellos les va a ir muy bien hay que entender que, con la entrada en política, mejoran estatus e ingresos, Adriana Lastra habla con la irrebatible autoridad de la experiencia, ya que en política lleva hecha, hasta la fecha, toda su brillante y fulminante carrera. Importa, sin embargo, el matiz de mejorar. Ella, la mujer del señor Sostres, es presidenta de los médicos; el propio Sostres, inspector de Enseñanza. Si la cosa no les daba para hacerse millonarios, ya tenían al menos un pasar más que llevadero.
Hay que saludar como un signo positivo el que, con Foro, entre en la gobernación del Principado gente con un sólido currículo profesional. Mientras que uno de los aspectos preocupantes en las nomenclaturas de la izquierda es la cantidad de gente que, al entrar en política, vienen a por todas, sin aportar gran cosa en punto a estatus o ingresos que mejorar. Por ejemplo, el homónimo de Adriana, el locuaz portavoz del Grupo Socialista, Fernando Lastra, que pasó del campus del Milán, con una licencia pelada, al Phaeton oficial, del que ya no se apeó (y el chico, si las apariencias no engañan, ya debe de transitar a estas alturas por la cincuentena). O Jesús Gutiérrez, tan querido por las cámaras de la TPA que los no iniciados lo podríamos tomar por un presentador de telediarios, ¿alguien le conoce otro oficio o beneficio que el politiqueo por los aparatos de la familia socialista?
No se puede decir que le vaya a ir muy mal al excandidato Javier Fernández; lo castigan, por haber perdido, con el Senado; no es precisamente condenarlo a trabajos forzados. La propia Adriana, al tirar del hilo en busca del ovillo curricular, se encuentra uno que acaba de actuar de secretaria en la sesión de investidura, por ser la más joven de los diputados de la Junta; entonces en 2007, en que ya era diputada, tendría que ser una tierna infanta, una auténtica menina. Pero cuando te enteras de que es miembro (todavía no es obligatorio escribir miembra) de la ejecutiva de la FSA desde hace más de 10 años, terminas por concluir que a Adriana la sacaron de la guardería para meterla en política.
No es prudente tirar piedras al tejado ajeno cuando se vive en casita de cristal. Los dirigentes socialistas deberían controlar ciertos prontos inspirados por el mal perder que parecen darle la razón a Churchill, que decía de los socialistas que profesan el evangelio de la envidia. No era Churchill un facha cualquiera; además de ganarle la guerra a los nazis con sangre, sudor y lágrimas, obtuvo el Nobel de literatura. A lo mejor había leído a Nietzsche, que sostiene que la ideología del socialismo es la máscara moderna del resentimiento, apenas barnizada con la retórica cristiana de la solidaridad.
Por lo demás, el incidente en el café de La Bellota (donde, al decir de Adriana, la presidenta con su marido insultaban a grito pelado a la oposición), pues fatal. Demostrarían los protagonistas que no supieron ganar. Y es que no está demostrado que el saber ganar sea más fácil que el saber perder. (A ver si con la experiencia van aprendiendo unos y otros las dos cosas; la alternancia viene a ser la gimnasia de mantenimiento en la vida democrática).
Ramón Alonso Nieda
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