El Alcalde y la plaza de la Catedral
Es muy frecuente encontrarse en la plaza de la Catedral, la más noble de Oviedo, con la instalación de escenarios horribles, que, ya con su sola presencia allí, degradan la plaza.
Pero lo que constituye una auténtica «agresión» es el nivel de ruido tan excesivo durante las horas de la tarde y la noche de algunos fines de semana, que hacen que las piedras de la torre, emblema de nuestra ciudad, se «estremezcan».
El sábado pasado una asociación de Amigos de Colombia celebraba allí 201 años de la independencia, por concesión especial de señor Alcalde, según ha dicho el presidente de dicha asociación. Era tal el volumen de ruido que apenas podíamos seguir la celebración que tenía lugar en la Catedral a las 6.30 de la tarde, y pasaría lo mismo en la parroquia de San Tirso y en la Balesquida, que lo tienen poco después.
Que conste mi protesta más enérgica, a la que se unirían las cientos de personas que a esas horas participan en las celebraciones en la Catedral y en las iglesias cercanas y la de los vecinos de la zona que no pueden dormir. A ver si de una vez por todas se frenan el abuso y agresión a la Catedral y a su plaza.
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