Oporto, la ciudad del Douro
Oporto es la segunda ciudad de Portugal, poblada, según el dato estadístico, por algo más de trescientas mi personas, aunque en la práctica es una aglomeración de otros varios municipios más, con una cantidad que supera con mucha amplitud el millón de habitantes. Industrial, cabecera de todo el Norte, comercial y universitaria, tiene un pulso vital muy alto, que se manifiesta en cultura, turismo, movimiento ciudadano, cambios urbanos, pujante arquitectura y tantos otros detalles que hacen de la capital del Douro una fascinante ciudad.
Está abierta al mundo por relaciones comerciales que alcanzan, ya desde el siglo XVIII, el esplendor del famoso y exportado vino Porto y también a la riqueza que trajeron del Brasil tantos emigrantes de la cuenca del Douro y de las vecinas regiones de Trás-os-Montes y Minho.
Porto es una ciudad barroca, que desde los barrios populares de Ribeira y Miragaya, donde el Duero/Douro se hace fantasía, asciende de un caserío heterogéneo y desorganizado hasta la cima más palaciega, en la que parece serenarse una elegante arquitectura de piedra gris, alegrada con frecuencia con paños de azulejos típicos, donde cobra protagonismo hasta apuntar al cielo la torre dos Clérigos.
La ciudad del Douro es, con palabras del poeta Aquilino Ribeiro, «o tronco antigo e robusto de Portugal», y merece muchas atenciones, para contemplar, por ejemplo, la estaçao de São Bento, con una decoración de azulejos muy llamativa; el Museu Soares de Reis; las iglesias de San Francisco y de Santa Clara, gótica y renacentista, enriquecidas con riquísimas decoraciones interiores. En un destacado lugar se puede citar el centro cultural y de exposiciones de la Fundaçao Serralves, con sus amplios y preciosos jardines y dos edificios emblemáticos, la casa de estilo art decó, diseñada por el marqués Da Silva y el más moderno Museo de Exposiciones, obra del famoso arquitecto portuense Alvaro Siza.
Quizá se pueda ver en este parque y centro cultural un exponente de la ciudad industrial, abierta y libre, que desde hace siglos demuestra su espíritu inquieto, su capacidad para afrontar los nuevos retos y la innovación; como, por otra parte, quedó ya de manifiesto hace más de un siglo a través de la bellísima y llamativa librería Lello&Irmão, que sigue brillando para la curiosidad de los visitantes, en la rúa das Carmelitas, 144.
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