Faltosín
Lo he intentado con la mejor voluntad del mundo y he insistido en ello con tenacidad democrática. Quería encontrar la mejor forma de contestar al señor Caunedo («La conjura de los fracasados», diario LA NUEVA ESPAÑA del 12/07/2011) sin tener que bajar al terreno de la grosería y el insulto con la misma ligereza que utilizó el señor concejal en su escrito.
Pero no es fácil porque, tal como hace el señor Caunedo, cuando se dicen cosas sin otro interés que el de desprestigiar al oponente y se escribe sobre algo importante sin más conocimiento que el que puede haberse adquirido en una charla de café sólo cabe responder con el olvido. Es lo que procedería ante escritos como el de este cargo público del PP en el Ayuntamiento de Oviedo quien osa cuestionar el derecho de tres ciudadanos ovetenses a exponer su parecer y buen criterio acerca del «asunto Villa Magdalena» y la construcción de un parking bajo el suelo de la calle Uría y del Campo de San Francisco, pero no pude resistirme a decir lo que pienso ante tanta insolencia y aquí sigo respondiendo a sus impertinencias. Lo hago porque me pregunto con toda razón que quién es el señor Caunedo, al que no se le conoce profesión ni oficio alguno, para discutir los méritos personales, académicos y profesionales, reconocidos por propios y ajenos, de Arturo Gutiérrez de Terán, Leopoldo Tolivar Faes y Wenceslao López.
Después de todo, cabreo incluido, he tenido suerte. Cuando ya estaba en el tiempo de la despedida vino a mi memoria la palabra «faltosín», cuyo significado entre los asturianos hubiera dejado claro de buen principio la consideración que a muchos de nosotros nos mereció el señor Caunedo una vez leído su escrito. Y digo esto porque aquel que sin conocimiento previo ni razonamiento posterior que salve tan arrogante actitud se atreva a expresar públicamente lo que en cualquier momento le viene en gana no es otra cosa que un faltosín más de los muchos que en esta vida, también en la vida pública, se dedican a desprestigiar a los que con su saber y buen oficio pretenden solucionar los grandes o pequeños problemas de sus conciudadanos.
José Montero García
Oviedo
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