La estabilización de los acantilados de la playa de Luarca
Desde hace varios meses la Demarcación de Costas en Asturias está abordando la estabilización de los acantilados de las playas 1ª y 2ª de Luarca. Esta poco reflexionada actuación se ha desarrollado con una doble polémica: la retirada de las conocidas casetas y el inaceptable impacto que causan algunas de las actuaciones realizadas, así como su más que cuestionable utilidad.
ESTABILIZACIÓN DE TALUDES ROCOSOS:
Para llevar a cabo uno adecuado tratamiento de un talud (acantilado en este caso) con problemas de inestabilidad el primer paso, al igual que cuando uno enferma, es hacer un buen diagnóstico del problema.
Son sobradamente conocidos los reiterados desprendimientos rocosos -de mayor o menor tamaño- que se vienen produciendo en las playas, motivados por el tipo y disposición de las rocas que constituyen estos acantilados. Asimismo, hay zonas puntuales donde es elevado el riesgo de desprendimientos de notables dimensiones.
Una vez se efectúa un buen diagnóstico de los fenómenos de inestabilidad, siguiendo diversas metodologías geológicas y geotécnicas, se establecen diferentes zonas en función de su problemática y riesgo. Para cada una se establecerán luego las oportunas medidas de estabilización, que han además han de ser compatibles con el entorno.
COMENTARIOS A LOS TRABAJOS REALIZADOS:
Son diversas las reflexiones que se pueden efectuar respecto a las obras ejecutadas:
- Primeramente, a la vista de las medidas aplicadas, cabe preguntarse si realmente se ha elaborado un estudio previo riguroso. Cabe pensar que así ha sido, pero entonces ¿por qué se llevado a cabo un tratamiento que no responde adecuadamente a los problemas que presenta este acantilado?
- Las mallas de guiado (eso que parece una red de gallinero) únicamente tienen por objeto dirigir hacia la parte inferior del talud pequeños bloques rocosos. No son operativas si se desprende un volumen de roca significativo, como puede ocurrir a la entrada a la playa 1ª.
- A las citadas mallas se incorporan cables de acero anclados para mejorar su comportamiento; sin embargo, el anclado realizado es menos denso de lo necesario, y además no se efectuó en algunas zonas con elevado riesgo de desprendimientos, como por ejemplo allí donde el acantilado alcanza su mayor altura. Por el contrario, se han anclado sectores donde esta técnica no es la más apropiada.
- Uno de los aspectos más negativos, menos útiles y que causa un inaceptable impacto en el entorno es el empleo de mallas dinámicas horizontales a media altura en el acantilado (eso que parecen unos tendales). ¿Cuál es su función si se da por buena la utilidad de las mallas de guiado y los cables, situados hacia la parte superior? Además, parte de éstas han sido fijadas con bulones cortos a bloques que fácilmente pueden soltarse, ¿cómo van a aguantar la caída de fragmentos si ellas mismas están anclada en puntos inestables?
- En el paso a la playa 3ª se ha llevado a cabo el desmonte de la parte más alterada e inestable del talud, pero se ha mantenido de forma sorprendente, justo al inicio de las casetas de la playa 3ª, una zona con un riesgo de desprendimiento fácilmente perceptible, dado que la roca muy alterada- se inclina a favor del talud.
¿QUÉ DEBIERA HABERSE HECHO?
Como medidas que se podrían haber adoptado, y partiendo de que han de estar integradas en este entorno (¡se trata de una playa!), se pueden apuntar las siguientes:
- Tratamiento individualizado y específico a las zonas con diferente problemática y riesgo, no todo el talud por igual.
- Eliminación de los resaltes rocosos en las zonas de mayor altura y verticalidad del acantilado, dado que permanecen en voladizo amenazando con desprenderse, no pudiendo ser contenidas con mallas de guiado.
- Saneado en todo el acantilado de los bloques desprendidos así como de aquellos más inestables, eliminando al tiempo la vegetación (sistema barato y efectivo).
- Bulonado sistemático y denso de aquellas zonas con riesgo asociado a bloques de mayor volumen; medida segura, apropiada y estética, ya empleada en el Muelle Nuevo.
- Empleo de la malla dinámica subvertical sólo en puntos muy localizados.
- Eliminación del área de inestabilidad generada en el paso a la playa 3ª.
- Control de la circulación e infiltración de agua sobre el talud mediante cunetas, impermeabilizaciones, etc. No se ha hecho nada en este sentido.
- Plan de revisión periódica de la evolución del acantilado.
CONSIDERACIONES FINALES:
En resumen, la intervención llevada a término en las playas 1ª y 2ª debió hacerse considerando el estudio geológico previo, estableciendo una zonación del acantilado en función de su problemática que permitiera adoptar las medidas más idóneas.
El tratamiento efectuado se ha abordado de forma inadecuada, insuficientemente planificada, y un tanto apresurada. Se han adoptado medidas que no garantizan la seguridad del talud y que, además, han provocado un inaceptable impacto en un entorno tan significativo.
Los responsables municipales Alcalde y concejal de Obras debieron haber velado por el adecuado desarrollo de esta actuación en la playa, máxime cuando cuentan con mecanismos para pulsar la opinión de otros técnicos sobre estos proyectos.
En ningún caso pueden entretener a los ciudadanos luarqueses endosando los problemas únicamente a la Demarcación de Costas, si bien éste es un argumento recurrente empleado a capricho del consistorio valdesano.
Asimismo, parece poco ético -cuando menos- haber aprovechado estas obras (calificadas ahora de urgentes, cuando el acantilado lleva así largo tiempo) para llevar a cabo la eliminación de las casetas de la playa de Luarca. En este sentido la actuación del regidor valdesano da la impresión de estar amparada en el oscurantismo más tendencioso.
Sin duda, las casetas se encontraban en una situación desconozco si de ilegalidad o alegalidad que desde hace mucho tiempo pudo estar regulada por el Ayuntamiento en acuerdo con la Demarcación de Costas. Me consta la positiva disposición de este organismo para solventar este asunto, en contraposición a la adoptada por el consistorio.
Se ha faltado a la verdad en numerosas ocasiones y sobre diversas cuestiones, y tratado a los ciudadanos casi como delincuentes, hecho claramente injustificable. Inclusive han abierto un mínimo periodo de alegaciones en el BOPA (a fecha 11/11/2008), tras haber iniciado las obras y retirado muchas de las casetas, y a sabiendas de que el 99,9% de la población no lo consulta con asiduidad.
Para concluir, sólo queda solicitar al Ayuntamiento que proceda a subsanar los errores cometidos y a estabilizar los acantilados de una manera apropiada al entorno y que garantice la seguridad. Asimismo, partiendo de que la titularidad de la playa (de carácter urbano, no lo olviden) ha de ser pública, debe regular su utilización en acuerdo con la ciudadanía, y reinstalando las casetas si es necesario; existen suficientes mecanismos legales para hacerlo.
Carlos López Fernández
Profesor Contratado, Doctor, Universidad Oviedo
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