Catástrofe en el río Caudal
Esta triste historia comienza el año pasado, hablando con unos amigos pescadores del alto Aller, que venían del Caudal, les pregunté por la jornada, a lo que respondieron que mal, pues no hacían más que picarles barbos; ante tan singular respuesta y repuesto de la sorpresa inicial –una vez convencido de que no se trataba de una chanza–, les repliqué que imposible, pues esos ciprinidos ni habitaron ni habitan las aguas de nuestros ríos astures, ellos mantuvieron que el río estaba lleno de barbos y me invitaron a acompañarles a una jornada de pesca, dicho y hecho, allí nos presentamos, convenientemente equipados a la altura de Ablaña; tras unos cuantos lances, efectivamente, surgió el primero de estos exóticos peces (de un total de ¡7! con una media de unos 16 centímetros de longitud) me llamaron y, lo que de lejos me pareció una trucha de unos 18 centímetros, un examen más atento demostró que no, era un pez desconocido para mí, que por cierto tampoco era un barbo, les saqué unas fotografías y a lo largo del cauce observé que decenas de alevines de esta especie se arremolinaban en los oxigenadotes intentando remontar la corriente, una imagen más que inquietante, pueden creerme.
Una vez en mi domicilio consulté los datos y llegué a la conclusión de que se trataba de un cacho (no soy ictiólogo, así que no puedo asegurarlo, lo que es seguro es que no son truchas), en lo que sí que no tengo ninguna duda es de que poco a poco irán remontando el cauce del caudal para llegar a los ríos Turón, Negro, Aller y Lena.
Intrigado y alarmado por este atentado ecológico (no cabe otra denominación para este acto), ya que me comentaron en petit comité que al parecer pescadores de allende el Pajares los soltaron como peces-pasto (alimento de la trucha y así éstas adquieran mayor tamaño), lo preocupante de tal desatino ecológico está en que como buena especie invasora, ellos a su vez depredan sobre la hueva de la trucha y compiten con los alevines de ésta, con lo que es posible que sí se consigan truchas de mayor tamaño, pero a costa de una drástica reducción o desaparición de la población de éstas y por ende la alteración de todo el frágil ecosistema fluvial, ya de por sí tan castigado por la actividad minera y los cormoranes entre otros, así que raudo mandé un e-mail a la Consejería de Medio Rural y Pesca (parece el inicio de un chiste) exponiendo los hechos y adjuntando las fotografías que demostraban la presencia de esta especie invasora e ilegalmente introducida en nuestras aguas fluviales.
¿Recibí respuesta? No, ¿se hizo algo al respecto? Tampoco, de hecho este domingo acudí al Caudal, barruntando los más negros presagios y, efectivamente, no había tablada donde bancos de micropeces foráneos acosaran mi mosca, peor aún fue el ir caminado por las márgenes del río, podía observar descorazonado cómo miríadas de alevines de estos cachos se abrían paso entre mis botas, parecía que estuviera en el Tormes o el Pisuerga, ¿y la Administración? A la anterior ni estuvo ni se la esperaba (su gestión ha sido desastrosa en todos los órdenes, no hay más que ver el espectáculo del campanu de este año y la cara que pone en la foto de rigor nuestra representante política al ver el salmón, bueno es lógico, para ellos el salmón sólo debe verse ahumado en los canapés de las elegantes recepciones que ofrecen con el dinero de los ciudadanos), sólo tengo algo de esperanza puesta en la gente de Foro, que me consta que conoce el tema y al menos pone voluntad, otra cosa es que no le faciliten información o carezca de financiación, quién sabe igual dentro de un par de años veremos a un portavoz de la FSA diciendo que los votantes de Foro además de ser de extrema derecha soltamos especies invasoras en los ríos, para ellos la culpa será de Cascos, seguro.
La pregunta es ¿cuál será la situación del resto de nuestros ríos? ¿La Administración saliente facilita estos datos a la entrante? ¿Qué se va hacer al respecto? La situación es grave y el tiempo es fundamental.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo