Actitud nueva para tiempo nuevo
Apenas el tafanario del nuevo señor consejero de Cultura se había posesionado del flamante sillón cuando el dueño ya tenía sobre la mesa escrito del concejal señor Mortera aconsejándole «actitud nueva para tiempo nuevo», en referencia a la escasa o nula colaboración de su antecesora con el Ayuntamiento de Oviedo (LA NUEVA ESPAÑA, 19-7-11).
Siguiendo esta senda de celeridad y consejo, sería de agradecer que dicho concejal por serlo de Urbanismo, recordase a don Gabino de Lorenzo su promesa electoral de reducir a 1.000 metros cuadrados la parcela mínima edificable en el concejo de Oviedo LA NUEVA ESPAÑA, 6-5-11).
El señor de Lorenzo atacaba con valentía la supina barbaridad de una norma que exige 5.000 metros cuadrados y hasta 10.000 metros cuadrados de terreno para construir vivienda unifamiliar en zona rural, bloqueando movimiento de dinero, trabajo, jornales, impuestos, descanso u ocio, regeneración y acicalamiento de parajes hermosos, hoy solaz y feudo de jabalíes y otras alimañas y hasta del fuego.
Comprensible, pues, el órdago de los 1.000 metros cuadrados que, por venir de quien viene, no puede quedar en el olvido. Al respecto, la señora Aguirre, que va de frente y no se disculpa con el «digo-Diego» porque su palabra es la Ley, ha ofrecido algo parecido para Madrid. Luego, si allí se puede, aquí también se puede y debe. El dilema es: ¿zona rural viva o abandonada?; he aquí el problema que resuelve la voluntad y no las matemáticas.
Es la parroquia de Sograndio ejemplo recurrente. Hace años que localidad tan unida a Oviedo y con todos los servicios reclama lo que ahora el alcalde promete. En la anterior legislatura se presentó en el Ayuntamiento, alentado por el señor Mortera, amplio y documentado dossier ofreciendo 150.000 metros cuadrados para recalificar, firmado por 250 vecinos (registro de Entrada 2008023555, del 4 de abril de 2008) y se trató en Pleno, pero fue la «cuota» la excusa que dejó en un punto muerto.
Es evidente que la Cuota (Plan General de Urbanización del Territorio) regula para un tiempo los planes de edificación. Ha quedado obsoleto y no hay indicios de modificación general. Sí es cierto que se han solapado bastantes, demostrando que esa carta magna es vulnerable y sanciona las propuestas del Ayuntamiento. La construcción a gran escala frenó en seco, el paro es grande, la financiación casi nula, los ayuntamientos necesitan dinero y los empresarios también. El que genere la zona rural prestándole la atención prometida no es despreciable. ¿Cuándo virará la mirada limpia hacia aquí?
El 22-M trastocó la cómoda y rutinaria política autonómica y municipal de Asturias. La irrupción de nuevo grupo político adelgazó a los restantes en las instituciones. La competencia beneficiará al administrado. Habrá más músculo, iniciativa y hechos y menos vientre, inacción y «parpayuela» intrigante, que quien trabaja no conspira. Adapto el refrán andaluz para quien lo quiera asumir: «Camarón que se duerme... sillón que lleva la corriente». Cuántos cesantes estarán lamentando los «pigazos» retribuidos con cargo a impuestos (entiéndase la alegoría).
Actitud nueva para tiempo nuevo, es lo que esperan los vecinos de Sograndio de sus regidores.
José M. Gómez Tuñón
Oviedo
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