No deberían poder volar, pero...
Recordatorio. De evitar disgusto se compone la felicidad.
Karr
Anoche hemos estado alucinados, vamos, flipando. (Ya sabéis, la palabra flipar ha sido admitida por la Real Academia de la Lengua). Pues bien, a pesar de que desde el pasado miércoles –y siempre– cada mañana nos levantamos, vamos al baño, luego nos afeitamos, nos duchamos, desayunamos, a pesar de ello, tuvimos un flipado a tope. Al principio llegamos a pensar que igual nuestro alucine era debido a que una abeja nos había picado en la nuca (es verdad, verdad) el miércoles al anochecer, cuando salimos en busca de si encontrábamos «algo que valiese la pena». (Por cierto, Bernard Shaw dejó escrito «que según las leyes de la física comprobada por los experimentos en el túnel aerodinámico, la abeja no debería poder volar, ya que su tamaño, el peso y la configuración de su cuerpo no guarda la debida proporción con la envergadura de sus alas»). Bueno, las abejas no deberían poder volar, pero vuelan. ¡Que nos lo digan a nosotros que tenemos la factura de uno de esos insectos himenópteros que recientemente aterrizó en nuestro coco jodiéndonoslo. Desde entonces, ¿sabéis?, teníamos metido en el cerebro que el flipe obedecía al aguijonazo de marras. Nos lo creímos, al extremo de que fuimos a ver a un psiquiatra cuyo nombre nos reservamos. Luego de hora y media de sonsacarnos lo habido y por haber, va él y nos pregunta si creemos que las próximas elecciones generales las ganará Rubalcaba. «¡Por supuesto!», le respondió este escribidor. «Hombre, por fin caigo en la cuenta de tu alucine: qué picadura de abeja ni qué ocho cuartos», nos dijo, abriéndonos la puerta de su despacho previo abono de la factura. ¡Qué vida ésta! «Manda huevos», que diría Trillo.
Despedida y cierre. Un beso para ti, Mari Carmen, y para Mari Aurora, Tere, y mamá. Abrazos para ti, Heradio. Érase una vez. Si esta noche salimos de discotecas nos pondremos una capucha. ¡Caray con las abejas: no deberían poder volar, pero...!
Érase una vez.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo