Investigación con células madre
El Presidente de los EEUU de Norteamérica, Barack Obama, ha aprobado la financiación pública de la investigación con células madre o embrionarias, anulando el veto que su antecesor en el cargo, el nefasto Bush, impuso en contra de la opinión de la mayoría de la comunidad científica.
La medida, rechazada por la Iglesia Católica y por otros sectores ultra conservadores, es aplaudida en amplios sectores de su país y del resto del mundo y llega después de un bloqueo de siete años, un retraso difícilmente recuperable y que perjudicó, perjudica y perjudicará a millones de seres humanos aquejados de diversas enfermedades: Parkinson, alzheimer, esclerosis múltiple o la diabetes, entre otras.
Es evidente que la cúpula vaticana y sus acólitos de la Conferencia Episcopal Española desean crear mártires a toda costa, mártires y resignados a morir entre penalidades, al negarse a aceptar la investigación con células, de cordones umbilicales o del epitelio por ejemplo, aunque con ella se pudiesen curar de las enfermedades que aquejan, entre otros al que suscribe.
Se niegan a que nos curemos y por otro lado no aceptan que, llegado el momento, solicitemos morir con dignidad. En el fallecimiento del anterior Papa, Juan Pablo II, y cuando su enfermedad era irreversible, sus asistentes y consejeros le recomendaron ingresar en el Hospital que le había atendido hasta entonces, el Santo padre preguntó si le iban a curar y ante la constatación de que esto era imposible ordenó que le dejasen en sus aposentos. Resignación cristiana y sincero deseo de no sufrir más que lo estrictamente necesario.
Esta contradicción entre lo que se predica y lo que se hace la explica muy bien el Evangelio de San Mateo, capítulo 23, versículo 1 y ss:
"En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen... Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas".
Si las investigaciones avanzan, hasta ahora lentamente porque solo las financiaban fondos particulares, y a partir de ahora a un ritmo muy superior al añadir a estos los públicos , gracias a ellas en poco tiempo aparecerán remedios para la diabetes, por ejemplo, y entonces veremos colas de personas que hasta ahora rechazaban estos métodos para acogerse, ahora si, a las soluciones a sus sufrimientos y riesgos.
Soy diabético, insulinodependiente, y como consecuencia con una insuficiencia renal crónica, y católico practicante; pero, si fuera posible, me gustaría alargar mi efímero paso por este mundo todo lo posible pero principalmente evitar el sufrimiento y el dolor, me gustaría ser santo pero no mártir.
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