Otra de «seudoprogres»
Antes se quejaban del cachete después de recibirlo; ahora ya se ponen la tirita antes de empezar a sangrar. El supuestamente progresista y supuestamente demócrata ministro Jáuregui no ve «aconsejable ni oportuno» que el Papa habla de España en España. Pues nada, Benedicto, háblanos de Burkina Fasso o de Kazajistán, de la transustanciación o de las procesiones trinitarias, y remata la movida cantándonos aquello de «los pajaritos cantan y las nubes se levantan» porque aquí, de momento, mandan los «seudoprogres», entienden la libertad de expresión de aquella manera y se creen con derecho a taparle la boca al Papa, a los obispos y a todos los que no les bailen el agua. Tiene bemoles que, después de treinta y pico años de democracia, quienes más se lucran con la misma y más la deberían defender tengan tantos problemas para entender principios tan elementales como la libertad de expresión. Por ahí anda también el coordinador de Izquierda Unida, que, como no encuentra temas más importantes de qué hablar, se queja del coste de la mencionada visita del Papa. Servidor no está encargado de las cuentas del evento, pero he leído en varios medios que la visita de marras no sólo no le cuesta nada al erario público, sino que va a proporcionar importantes ingresos, directos e indirectos. Que alguien se lo explique a don Gaspar, porfa. Por ahí se andan los de UGT, «untados» recientemente con 10 «kilitos» y pico por el Gobierno de turno, que quieren compensar la parálisis que sufrieron durante la crisis, convocando paros en el metro de Madrid los días de la visita papal. ¡Qué casualidad! Por ahí se andan igualmente unas feministas radicales que, con el «amistoso» lema «pártale la cara», invitan a recibir al Papa rompiendo una fotografía del mismo, remedando el show de una supuesta cantante americana, que hace años había hecho lo propio en un programa televisivo con una foto de Juan Pablo II. ¿Se atreverían estas valientes a hacer lo mismo con una imagen de Mahoma, por ejemplo? Apuesto pincho y café a que no. ¿Dónde estaban todos estos grupos y grupúsculos «seudoprogres» cuando visitaron nuestro país los más altos dirigentes de Arabia Saudí o Irán, por ejemplo? Quizá no sepan que por aquellos pagos se lapida a las adúlteras, se ahorca a los homosexuales, se les amputan las manos a los ladrones, se flagela a los que beben alcohol... Y por ahí «p'alante». Quizá no lo sepan porque los «seudoprogres» sólo suelen tener como fuentes informativas a la Ser, la Sexta o «El País» y, de esa forma, no se enteran de casi nada. O quizá saben demasiado y se enteraron de que esos países, además de disponer de petróleo, nos compran tanques y AVEs. El Papa, desde luego, ni tiene petróleo ni compra tanques, pero es la cabeza visible de una Iglesia que le ahorra al Estado un montón de millones de euros con sus centros de enseñanza, otro montón de millones con sus centros sanitarios, con sus asilos, con sus centros para marginados de toda índole, con las prestaciones que se hacen a través de Cáritas, con el mantenimiento del patrimonio histórico-artístico... ¿Que, a pesar de ello, tanto el Papa como los cristianos nos merecemos algún reproche? Seguro que sí; nadie es perfecto. Por eso, nada que objetar a que los indignados con esta visita convoquen una «manifa» paralela en contra. Bienaventurados los que nos critican, porque nos ayudarán a corregirnos. Pero lo razonable sería que la convocasen otro día, o si, en su terquedad enrabietada, se empeñan en hacerla ese día precisamente, que respeten la decisión de la Delegación del Gobierno y la organicen en otro barrio. Pues que si quieres arroz... Como se consideran por encima de la ley, estos «seudoprogres» parecen decididos a manifestarse por las mismas calles por las que circule la comitiva papal. Y si la autoridad competente no les pone en su sitio, cualquier día darán un golpe de Estado.
José Manuel Fueyo Méndez, párroco de Ntra. Sra. de Covadonga
Oviedo
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