A don José Viñas y los Cuidados Paliativos
Escribo esta carta en alusión a las repetidas publicaciones que en esta sección usted ha hecho en referencia a los Cuidados Paliativos de manera totalmente despectiva.
No voy a pormenorizar sobre una disciplina de la Medicina reconocida a nivel mundial desde hace mas de 30 años en la que los profesionales médicos, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales, auxiliares y celadores (perdón si me dejo a alguien)trabajan con tanto entusiamo para que los pacientes tengan una cierta calidad de vida en esa etapa final que tanto nos asusta.
Estoy totalmente de acuerdo con usted en que se intenta ayudar con el dolor físico a las personas que se encuentran en esa fase final de la vida, pero también se intenta actuar en el plano psicológico, en el terreno espiritual, en la ayuda a los familiares desde el punto de vista de la problemática social y hasta su apoyo psicológico también.
Todo este trabajo se intenta desarrollar, cuando es posible, en los domicilios de los pacientes, evitando con ello ingresos en Hospitales de Agudos, visitas a Servicios de Urgencias, consultas a especialistas, con todo lo que ello supone.
Es el terreno más apropiado y en ello colaboran los profesionales sanitarios que trabajan en la Atención Primaria desarrollando una labor encomiable. Éstos tienen el soporte de los Equipos de Apoyo de Cuidados Paliativos (médicos y enfermeras) cuando se producen situaciones que precisan ayuda con este tipo de pacientes en los domicilios y ellos no pueden solventar.
Aún así, puede ocurrir que este tipo de pacientes no puedan ser controlados adecuadamente en su domicilio y precisen una atención necesaria de ámbito hospitalario. Las causas son de lo más variopinto y van desde necesitar un antibiótico endovenoso hasta problemas de ámbito sociofamiliar que comprometan el cuidado del paciente.
Para ello, se han habilitado unas estancias determinadas en Hospitales como el Monte Naranco (me consta que no es el único en Asturias), en las cuales se da una atención individualizada y pormenorizada a pacientes que están en esta fase tan complicada de la vida. En dichas plantas, en concreto la del Naranco, trabajan profesionales médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, auxiliares, celadores cuyo único cometido es intentar conseguir el máximo bienestar para este tipo de pacientes y sus familiares.
Todos, antes o despues, hemos de pasar por experiencias complicadas propias o con algún familiar relacionadas con la fase final de la vida. Serán mejores o peores, pero lo que está claro es que los profesionales que trabajamos en esto, intentamos por todos los medios que sean lo menos traumáticas posibles para el paciente y su entorno.
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