Enterrados en vida
Recordatorio. A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd.
A. de Lamartine
Ayer, domingo, hemos tecleado estas líneas, a las 20.30 horas exactamente, para deciros que estamos de acuerdo (y así lo expresamos en un Primer café publicado tiempo ha), estamos de acuerdo, decíamos, con aquellos que tienen claro, clarísimo, que si en este mundo hay algo peor que la muerte es la incomunicación, vamos, no tener con quién hablar, verbigracia, encontrarse solos, o sea, enterrados en vida...
Aseveramos con reiteración (digámoslo claramente) que darles de lado a las/os ancianos es inhumano. Los mayores, todos ellos, únicamente anhelan comunicarse y un poco de cariño. Sólo eso.
En cuanto a que nueve de cada diez asturianos son dichosos a tope (según una encuesta de Salud de allá por el 2008 realizada para Asturias y difundida por la Consejería correspondiente de nuestro Principado), qué decir sino que en criterio de este escribidor aquello era absolutamente mágico entre lo mágico, ¿verdad que sí?
Amables lectores, despedida y cierre, con abrazos y salud para todas/os. Felicidades, especialmente, Marías Asunción, Chon, Chonis, Asun, hija.
Érase una vez.
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