Víctimas
Aún desde mi exilio laboral en Santiago de Chile he observado bastante abrumado las imágenes de la gran jornada mundial de la juventud, donde miles de jóvenes católicos han ido a recibir hostias, y cientos de policías han ido a darlas.
Siendo un ateo militante, considero la actitud de los manifestantes laicos bastante deplorable. Gritar enfurecido no soluciona nada, y mucho menos si la policía y cuerpos de seguridad del estado, aquellos que deberían servir y proteger a los ciudadanos; se convierten en matones glorificados de un gobierno de la Comunidad de Madrid que han demostrado ser aparte de un pozo de corrupción, lo que en vernácula se denomina "meapilas"; dilapidando en la visita de su santidad un dinero mejor invertido en recortar todos los recortes que están colando a los ciudadanos que no les votaron (y a los que les votaron).
Gritar no soluciona nada. Los religiosos y pios de cualquier religión (básicamente porque todas son iguales) han convertido el victimismo en un arte y un arma. Ahora los malvados ateos satanistas (los ateos tampoco creemos en eso, por cierto) atacaron a los pobres peregrinos, como pregona la editorial de la Razón (que da mucha verguenza ajena. Lo ateos, cristianos de base, agnósticos y cualquiera que sienta que la religión organizada ha perdido el norte y se ha convertido en una empresa que comercia con nada; hemos de dar mejor ejemplo siendo las mejores personas que podemos ser; y con ello ir convirtiendo la iglesia (no sólo la católica) en el monstruo obsoleto, misógino, homofobo, medieval, retrógrado y corrupto que es en realidad. Gritar no soluciona nada.
Como muestra un bofetón. En el blog http://elperroflautaindignado.wordpress.com/2011/08/19/solo-por-informar-daniel-nuevo/ podrán ver la hostia más famosa de las jornadas de la juventud, la que se llevo el fotógrafo Daniel Nuevo. Vamos a omitir la clara brutalidad policial. Lo que no me explico en veces y veces que he repasado el vídeo es: De todos los jóvenes de la JMJ ¿por qué ninguno sale a defender ni a la chica ni al fotógrafo?, ¿dónde está su caridad cristiana cuando no menos de catorce policías pegan a una niña y a un hombre en el suelo? Ya pueden dar uso a los 300 confesionarios instalados en el Retiro, porque sus conciencias deberían estar como un bebedero de patos.
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