No somos idiotas

18 de Septiembre del 2011 - Miguel Ángel Fernández Iglesias (Moreda de Aller)

El domingo 14 de agosto, en el periódico LA NUEVA ESPAÑA, hizo usted, señor Claudio Boada Palleres, en calidad de presidente del Círculo de Empresarios, unas declaraciones no propias del cargo que ostenta, sino más bien de alguien con un atrevimiento y desconocimiento tal que ronda la ignorancia. En ellas criticaba por insuficientes las medidas tomadas por este Gobierno socialista (del que le aclaro no soy votante) para salir de la crisis y a los sindicatos por defender demasiado a los trabajadores por no darse cuenta de que estamos en el siglo XXI, unas declaraciones que, permítame que le diga, no comparto en absoluto, y a la vista está el retroceso que estamos y vamos a seguir sufriendo los trabajadores, y digo los trabajadores porque soy un pensionista y sufro una de esas medidas, de las tantas que usted califica de tibias e insuficientes. Dicho esto, me gustaría que nos dijera a los asturianos, y no me costaría ningún trabajo rectificar lo anterior, cuáles son las medidas que este Gobierno les ha aplicado a los empresarios para que colaboraran con la salida de esta crisis. porque quizá sean ésas las medidas insuficientes, por no decir ninguna a las que usted hace alusión.

En lo que sí estoy de acuerdo es cuando dice «que le produce rechazo que quien habiendo hecho una gestión pésima en una institución se vaya de rositas; es un fraude y debe asumir su responsabilidad», pero también debe rechazar, criticar, y eso no lo dice en su entrevista, que bien merecido tiene su título «Barrer para casa», esa gestión pésima que se puede calificar de asquerosa estafa, la que hicieron algunos empresarios, si es que así se les puede llamar, con el dinero de los fondos mineros que generosamente se les dio desde la Administración, también culpable, para crear empleo en las Cuencas, véase Alas Aluminium, empresa que, por cierto, haga memoria, fue criticada por su gestión por una trabajadora que días más tarde fue despedida por denunciar lo que finalmente sucedió, ¿lo recuerda? Y ahí está el resultado, los trabajadores despedidos y tratados por algún consejero con adjetivos repugnantemente despectivos, no propios de personas, sino de botarates en cargos públicos que criticaban a quienes pretendían defender su puesto de trabajo, y, sin embargo, a los accionistas, socios, empresarios o como les quiera llamar, que yo calificaría sin lugar a duda de depredadores, libres, se van de rositas; sin asumir esa responsabilidad que usted tanto cacarea por ese fraude que –nadie se atreve a ponerlo en duda– han cometido.

Por lo tanto, no barra para casa, haga una limpieza general y no le quepa la menor duda de que estaremos de acuerdo, pero decir para ocultar otros motivos que tan solo el Gobierno o quien hizo una gestión pésima en una institución o estos sindicatos arcaicos son los culpables de todo, y ustedes, los empresarios, los buenos de la película, es de una desfachatez, un descaro y una desvergüenza enorme, y por lo que nos luce el pelo a los españoles de a pie, que pagamos el pato de esa su falta de profesionalidad, que convierte a algunos patrones, como le dije al principio, en depredadores, a los que lo único que les importa es tener dónde escoger y más barato, y para eso, y ustedes lo saben, cuanto más desempleo, mejor.

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