Desvergüenza de desvergüenzas
Recordatorio. Dos cosas observo especialmente: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres.
T. Bernard
Hoy (ayer, jueves, 25/08/2011, 20.42 horas exactamente) revolviendo papeles (ya sabéis lo revuelvepapeles que es el arriba firmante), pues resulta que nos encontramos con un «Primer café» de hace años que nos apetece recordároslo/recordárnoslo a uno mismo. Verbigracia: Las condiciones del trabajo digno y la erradicación del curre infantil. Qué desvergüenza que a estas alturas andemos todavía con «la jornada mundial por el trabajo decente y, lo que aún es más sangrante, con la erradicación del trabajo infantil. Nuestra sociedad (todos nosotros) deberíamos asomarnos a la mirada de cielo de los niños. Qué desastre, qué impiedad, qué atentado criminal –sí, criminal– contra esas criaturas con la hambruna encima de ellos. Y no hace falta ir por ahí a los «terceros mundos», no, para ver a algunos de esos peques, dado que por aquí hay algunos de ellos mendicantes/implorantes no sólo de comida, sino, asimismo, de cariño, de alguna que otra caricia... Reiteramos: qué desvergüenza de desvergüenzas respecto a que a estas alturas andemos con la referida inhumanidad con los más débiles e indefensos. Insistimos por segunda vez y por las que haga falta: qué desvergüenza de desvergüenzas...
Amables lectores, despedida y cierre.
Érase una vez.
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