Verdades de destrucción masiva
Libia seguirá bajo el abanico de la OTAN hasta el final de las operaciones. Eso dijo, palabra arriba o abajo, la Ministra de la Guerra; de Defensa, me corregirán algunos (y hasta de la Paz, los incondicionales). Pero viene a ser lo mismo, por aquello de si vis pacem, Parabellum (que hasta los de ETA lo entenderían, sobre todo ahora que se están volviendo tan razonables, amansados por Rubalcaba). Estaba a los postres con el runrún del telediario de las tres como música de fondo, cuando me sacó de la modorra para sumirme en el estupor esa ráfaga de metralla fresca del abanico de guerra con que se abanica la ministra.
Deben de ser las calendas de agosto las que calientan el vocabulario. De lo bélico, al borde de lo inefable, estamos acostumbrados a que nos hablen en metáforas y circunloquios. Cómo hablar de otra manera de esos indecibles disparates y sufrimientos (Desastres de la guerra los tituló Goya después de grabarlos, pues se los puede grabar y hasta filmar pero contarlos y describirlos es otra cosa). Qué político o corresponsal no echa mano en su momento del paraguas de la OTAN, que viene a ser, en términos de estrategia, El cielo protector del otro.
Pero este abanico de fuego y plomo derretido en pleno agosto, como si la ministra fuese en calesa, oreándose el busto, por el real de la Feria de Abril, nos coge desprevenidos a los que fuimos educados estilísticamente con el ala aleve del leve abanico rubeniano. ¿No se está abusando de la polisemia del concepto abanico cuando se le despliega en un abanico de acepciones tan amplio que abarca desde el imponderable aleteo como de mariposa, al vendaval apocalíptico de los cazas y bombarderos de la OTAN?
Además, ¿por qué esta guerra contra Gadafi es santa mientras que la de Irak era una invasión? ¿Era Sadam más bueno que Gadafi? ¿Están en Libia las armas de destrucción masiva que no encontraron en Irak? Qué preguntas más tontas, en agosto. Cuando todo el año es agosto para la izquierda mientras no gobierne la derecha. Si sabremos aquí lo que son verdades de destrucción masiva.
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