Valdesoto en lo más alto
¡Impresionante! ¡No he visto nada igual! Exclamaba la chica de un grupo que por primera vez presenciaba el desfile de carrozas de Valdesoto. Lo decía al paso de «De Molín a Molín», luego de contemplar su puesta en escena; posteriormente fue galardonada con el segundo premio. Aún faltaba por aparecer la ganadora.
Una vez más, Valdesoto hizo una demostración de la valía de sus gentes. Hemos podido contemplar doce obras de arte, tanto por parte de los ganadores como del resto de participantes, con un trabajo que cuida el más mínimo detalle y una escenografía digna de artistas de reconocido prestigio.
Son ya 50 años haciendo carrozas. Son muchos años, pero lo más alentador es que cada año supera al anterior. Cuando finaliza un desfile, ya se piensa en el próximo, poniéndose manos a la obra sin escatimar horas y dinero. El premio que obtienen les da para poco más que una merienda a los componentes de la peña.
Las fiestas de San Félix no se limitan únicamente al desfile de carrozas, hay otros eventos que también merecen atención, tal es el mercáu d’artesanía en madera, la jira campestre, la monumental traca de fuegos artificiales y la categoría de las orquestas.
¿Quiénes son los verdaderos artífices del alto nivel de los festejos? Indudablemente que la Comisión de Festejos. Han colocado el listón muy alto y se esfuerzan en superarlo cada año, incluso en situaciones de penuria económica como la actual. Es de admirar la dedicación que prestan a la explotación del bar de la fiesta –su principal fuente de ingresos–, donde todos trabajan hasta el límite de sus fuerzas.
Hay otros aspectos de la fiesta que son de resaltar y que dan prueba de la calidad de estos festejos. En primer lugar, hacer mención al respeto y civismo que han demostrado los participantes de la jira en el prau de la fiesta, a la que acudieron en gran número ocupando prácticamente todos los espacios disponibles y dejando el césped limpio, con las bolsas recogidas; este comportamiento no es habitual en otros lugares. En segundo lugar, llama poderosamente la atención la participación del público, ya que cuando el reloj marcaba las cinco de la mañana la fiesta continuaba repleta de gente, colaborando con las excelentes orquestas en el espectáculo.
Valdesoto será o no elegido «Pueblo ejemplar», algún día, por los miembros de un jurado. Todos estos éxitos no llegan por casualidad, sino que son el fruto del comportamiento de un pueblo, que ha ejemplarizado el asociacionismo como la receta más eficaz para alcanzar el progreso. Aunque el jurado designado para premiar la ejemplaridad no se incline por Valdesoto, ello no significa un menosprecio, pues la demostración está a la vista y el público lo sabe, por ello el lunes 15 de agosto los visitantes han batido todos los registros desde sus inicios.
Por último, es obligado hacer mención a la poca respuesta municipal al pueblo de Valdesoto. Después de varios años, con el proyecto del Centro Polivalente en curso, ahora parece que se va a materializar. El saneamiento aún sigue pendiente en algunos barrios, una vergüenza. Lo más sangrante, y que es una muestra palpable del escaso apoyo, es la ausencia de arcenes; ya han sucedido bastantes desgracias, con promesas por parte de las autoridades municipales luego de contemplar las manifestaciones de los vecinos, pero luego se olvidan de lo que han dicho.
Me despido, con la seguridad de haber apoyado a unos auténticos artistas, que son un orgullo para el pueblo y que gracias a ellos el nombre de Valdesoto se sitúa en lo más alto del pedestal.
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