Primer septiembre sin Colores
Va a hacer tres años. A primeros de septiembre de 2008, en un día lluvioso y con viento a las 7 y media de la mañana, salía de casa con mi hija Vera cuando apenas tenía 5 meses. Me empeñé en llevarla yo, porque pensaba que eso de llorar lo hacían otras madres. Lo tenía muy claro. Aún recuerdo la cara de mi niña en el carrito, detrás del plástico que la protegía de la lluvia, con esa sonrisa que te hace pensar que la vida es preciosa. Cuando se abrió la puerta de Colores, mi pecho se encogió. Miré a Nuria y no pude decir nada. Al darme la vuelta y sin quererlo las lágrimas empezaron a brotar como si tuvieran vida propia y me invadió un hipo infantil incontrolable.
Este año Vera empieza el colegio, y ya no irá a Colores. Os vamos a echar mucho de menos porque no ha habido un solo día en que Vera haya llegado triste de vuestra escuela y no ha habido un solo día en estos tres años en que no me quedara tan tranquila como si la dejara con alguien de la familia. Muchas gracias por querer a nuestra niña, por cuidarla, por respetarla y por estimular su imaginación. Muchas gracias a María, Aída, Nuria a Laura y a todas las demás, por crear un bonito espacio para ayudarnos a cuidar a nuestros hijos. Seguid así, lo hacéis muy bien. Nos veremos y saludaremos a través del cristal de vuestra bonita escuela. Un beso muy grande.
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