Crueldad en la Fiesta del Asturcón
Fui uno de los muchos asistentes a la fiesta del Asturcón el pasado 20 de agosto. Me sorprendieron bastante los abucheos que recibió el primer participante de la doma, ya que el hecho de dar con la cuerda en la cara del caballo no lo considero ningún acto de crueldad, como algunos lo definieron. Al fin y al cabo, el participante me imagino que trataba de defenderse de los ataques del animal. El caballo, que, dicho sea de paso, no era un potro salvaje ni mucho menos como dice la tradición, se trataba de un caballo maleado y «resabiado», en algún caso parece que lo que se quiere ver es cómo se lastima algún participante.
Volviendo a lo de crueldad, me parece más cruel coger a los potros con una cuerda corrediza en el cuello hasta que, extenuados, caen al suelo y, una vez ahí, con un hierro al rojo vivo se lo clavan en el costado para marcarlos. En este acto no vi protestar a nadie, y creo que es mucho peor que lo que hizo el chaval en la doma del caballo. Aunque me parece peor, tampoco dejo de reconocer que, al fin y al cabo, es la forma de marcar que se ha empleado siempre y que se sigue utilizando en toda las ganaderías, tanto en las equinas como en las de vacuno. Lo único que quiero hacer es una comparación; y si uno está bien, no tiene por qué estar tan mal lo otro.
Francisco Bernardo Rodríguez Campal
El Condado (Laviana)
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