Sanidad pública, tesoro público
Desde la gratitud, la confianza..., y la vida. Desde ahí salen estas palabras.
Todo comenzó el día 6 de febrero de este 2011. Esperé un tiempo para aposentar y poner en la realidad lo que ahora escribo. Ese tiempo no sólo restó, sino que fue añadiendo gratitud y confianza en las personas que me cuidaron y me sanaron. Al final me dieron la buena noticia. Pero, aunque el desenlace hubiera sido otro, la gratitud y la confianza habrían sido las mismas.
Estuve ingresado en la cuarta planta, Neurocirugía, habitación 431. Época preelectoral de danza y revoltijo en la política. Pensé entonces, y también ahora, que toda persona con vocación política debería hacer prácticas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), para recibir lecciones de humanidad, de entrega a la ciudadanía, de compromiso con el trabajo, de cómo pueden limpiarse «miserias» humanas con dignidad, profesionalidad, humor, respeto y cariño.
Gracias a todas, todas, las personas que me cuidasteis y me cuidáis; las de Neurocirugía de la cuarta planta, las de Radioterapia, Oncología, las de la cocina y la limpieza, las del centro de salud de Grao. ¡Cómo me gustaría dar nombres! Pero sería injusto no nombraros a todos y a todas. Funcionáis como un organismo vivo, perfecto, ejemplar.
Cuidemos de este tesoro. Que nadie nos lo quite.
Cuando vaya por Oviedo iré a haceros otra visita. Como siempre, y a deciros, como siempre, y para siempre: Gracias.
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