Consigna: Segregada
No me voy a detener a comentar la injusticia y el pisoteo de la libertad que supondría la retirada del concierto a los colegios de Fomento en Asturias: tiene toda la pinta de canje político (digamos que el PSOE ofrece la «cabeza» de este concierto ante IU, que ha demostrado tener una fijación paranoica con el tema; es algo que al PSOE le sale casi gratis, y que podría mejorar su posición negociadora en el gobierno de la autonomía... podría ser ¿no?).
Pero el motivo de estas líneas es otro: el tufo a consigna de manipulación que despide la palabra segregada unida a la de educación al referirse, en este caso, a los colegios de Fomento de Asturias: Peñamayor y Los Robles. ¿A quién van dando consejos de igualdad de sexo estos organiza-campañas? Tengo 48 años, y ya en la década de los sesenta mis hermanos y yo, sin distinción de sexo, marchábamos al colegio (de educación diferenciada) dejando hecha nuestra cama y ayudábamos, unos días más y otros menos, a otras pequeñas cosas de la marcha del hogar. Cualquiera de mi quinta sabe que esto en aquella época se encontraba bastante por encima de la media nacional. Cuando fuimos mayores, a la hora de la cena, mi madre freía una tonelada de patatas para todos (típico en las familias numerosas de entonces), y cada uno, al ir llegando, se preparaba el huevo a su gusto. También sin distinción de sexos.
Por otro lado, mis padres (especialmente mi padre) nos exigieron lo mismo a todos en los estudios, siendo los resultados muy homogéneos... sin ninguna distinción de sexos. Ellos escogieron estos colegios, que ahora resulta que son de educación «segregada», porque por varios motivos eran los que mejor podían apoyar su forma de educarnos en casa (que es donde principalmente se educa, no nos engañemos).
Yo, a mi vez, he hecho lo mismo con mis propios hijos. Han ayudado en casa (mucho más que yo en la de mis padres, he de reconocer), sin ninguna distinción de sexos, incorporándose a las tareas en función de su edad... y no del número de cromosomas X de sus células. Y los tres han respondido en sus estudios según sus capacidades... no según su sexo ¡y eso que también han ido a colegios de «educación segregada»!
¿A quién, pues, van dando consejos?, venga hombre... La educación diferenciada, que no «segregada», es una opción tan válida y respetable como la otra. Ni mejor, ni peor. Nunca sería el motivo por el que ni yo, ni casi nadie, escogería el colegio de sus hijos (son otras las razones que verdaderamente me importaron); es algo secundario, en un sentido o en otro. Y nunca se la impondría como mejor a nadie porque es un tema como la mayoría de los temas, completamente opinable. Pero tampoco voy a conseguir que a mi me miren como a los segregacionistas sureños de mitad del siglo XX en EE UU (que es a donde apunta la campaña «educación segregada»).
Nadie entre todos mis conocidos y amigos, padres de muy distintos colegios, ha perdido nunca dos minutos en este tema cuando hemos hablado de nuestros hijos. Como tampoco a mis hijos les ha supuesto ningún problema en sus relaciones sociales. ¿Por qué entonces este afán de crear polémica donde no la hay?
Siempre he estado visceralmente en contra de consignas y manipulaciones... y este tema apesta a ambas cosas. Aunque es obvio que la educación diferenciada es sólo la disculpa que encubre el auténtico motivo de la posible retirada del concierto... que muchos no entienden la libertad salvo si se piensa como ellos (a lo mejor se perdieron ese capítulo de Barrio Sésamo...)
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