Llamazares. ¿El candidato perfecto?

Escribo esta carta tras la propuesta por parte de IU en Asturias de proponer como cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Asturias a Gaspar Llamazares.

He de decir que soy una persona de izquierdas y que siempre he considerado al señor Llamazares como una persona clara, coherente y consecuente en sus declaraciones y propuestas en el Congreso de los Diputados. Por otra parte, tengo que ser crítico con esta propuesta de nombrarle candidato por Asturias por dos razones que han hecho que mi visión y confianza en el señor Llamazares en los últimos días tornen en otro sentido.

Asturias, desde mi punto de vista, es una región desilusionada políticamente y más aún entre el electorado de izquierda y especialmente la izquierda no simpatizante con el PSOE, que en Asturias existe un desencanto político es evidente, ya hemos caído en el Gobierno personalista de FAC, consecuencia de la falta de ideas, propuestas y acción política real de los demás grupos políticos mayoritarios.

Izquierda Unida, por lo tanto, llega a estas elecciones con buena perspectiva de mejorar en votos y con un buen programa electoral. Visto esto, ¿cuál es el problema? En mi opinión el problema es el candidato, las palabras de los panfletos están muy bien, pero necesitan una serie de personas con cualidades y voluntad para ponerlas en práctica. Un candidato como el señor Llamazares ya está muy «quemado» políticamente. Asturias es una región que necesita políticos comprometidos, políticos de a pie de calle (que ya apenas existen) y desde el electorado de izquierda se necesita un político más firme y combativo.

En Asturias estamos sufriendo un regreso a la «Prehistoria política» con la propuesta de candidatos como Cascos en las pasadas elecciones u Ovidio Sánchez por el PP y el propio Llamazares por IU como posibles candidatos al Congreso. Son perfiles de la desilusión, de la derrota y del sistema político que nos ha llevado a la crisis. La sociedad pide cambios en las calles y los partidos lo que hacen es frenar esos cambios y cambiar caras en distintos lugares para que parezca que han renovado algo y, en realidad, siguen atrapados en el pasado.

En el caso concreto de Llamazares, ha sido un político que ha sufrido numerosas derrotas electorales, crisis internas, etc. Izquierda Unida se empeña en responsabilizar de sus malos resultados al «voto útil» del PSOE y a la ley electoral. Cierto es que la ley electoral afecta, pero no se puede negar que han perdido credibilidad entre el electorado y que si el PSOE llama al «voto útil», algo debe de funcionar mal en una organización que se considera comunista cuando el PSOE le quita votos.

Por otro lado, el señor Llamazares no tendría mi confianza como votante de izquierdas a la vista de la publicación del patrimonio de diputados y senadores. No voy a entrar en la demagogia de que tiene 300.000 euros, la cantidad de dinero que uno tiene desde mi punto de vista no condiciona la ideología, pero sí la forma de administrarlo. Llamazares ha sido un diputado duro, especialmente en vísperas de elecciones, y en esta legislatura ha realizado duras críticas a los bancos, los mercados y el capital en general. Mi sorpresa ha sido al ver que su señoría tiene 80.000 euros en fondos de inversión. ¿Tanta crítica al capital para después actuar como un pequeño capitalista? A mi entender no se puede criticar de cara a la galería y hacer lo contrario cuando nadie nos ve. Por eso pierde mi confianza. Si engaña en esa postura pública para después adoptar otra forma de actuar en privado, ¿por qué me tengo que creer su programa electoral o más aún su palabra?

Otro engaño más. Dijo que no se volvería a presentar como diputado después de esta legislatura. Me parece muy denigrante por parte de IU de Asturias la propuesta de Llamazares como candidato. Era un político en las últimas horas de su vida activa que en cuestión de dos meses parece ser que va a representar y solucionar los problemas de la clase trabajadora, de los parados y de los estudiantes asturianos. A este tema, hago la siguiente reflexión. ¿De verdad no hay militantes en IU trabajando por una alternativa real? ¿No hay rostros nuevos y con ilusión en una organización que sólo repite los rostros de los fracasos políticos y electorales?

Llamazares pide también «unidad de la izquierda». Me gustaría preguntarle si esa unidad de izquierda consiste en el pésimo regreso al pactismo con el PSOE o en cambio sería valiente de afrontar la situación de la izquierda y en particular del comunismo asturiano que se ha dividido constantemente en pequeños grupos y buscar la solución para una verdadera unidad de la izquierda (pues igual algún día logran entender que han perdido votantes por su apoyo a muchas medidas y gobiernos del PSOE). Esto último es lo que a mi entender necesita la izquierda de Asturias y no considero capaz a Llamazares de poder dar ese paso.

En resumen, considero la designación de Llamazares como un paso atrás en credibilidad política (retirada, fondos de inversión, regreso a pocos meses de las elecciones) y como un paso atrás en el trabajo que a mi entender debe de realizar la militancia de base, para lograr construir una alternativa y que los problemas de Asturias se escuchen en Madrid. Más de lo mismo de una política guiada por Jesús Iglesias que no ha aportado nada positivo a la izquierda asturiana, nada más que la división y la desilusión. Llamazares se presenta con la posibilidad de recuperar el escaño perdido, pero lo que debería de recuperar es el rumbo perdido.