San José

18 de Marzo del 2009 - Antonio Colao Granda (Gijón)

Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud. Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere. (Teresa de Ávila).

Tengo para mí que San José ha sido un predestinado para la más pura santidad, abnegación y altruismo. Un preelegido para cumplir una de las misiones más excelsas y más humildes de las que Dios ha encomendado a los que fueron sus enviados.

Conforme al querer de la Iglesia Católica, el 19 de marzo es la festividad del nacimiento (para el Cielo) de San José, Esposo de la Virgen María y confesor, a quien el Sumo Pontífice Pío IX, conforme a los deseos y oraciones del mundo católico, proclamó Patrono de la Iglesia Universal.

Se podría decir que la historia de su vida no ha sido escrita por los hombres. Los evangelistas la relataron por inspiración divina más que por los datos que tenían. Cuando Jesucristo les hablaba y les decía: Pasarán el Cielo y la Tierra, pero Mis Palabras no pasarán. No podemos decir que esto era una locura del Mesías, aun sabiendo que sus palabras nadie las escribía ni podían ser memorizadas para ser manuscritas en pergaminos 60 ú 80 años después.

San José sólo ha podido disfrutar de la Gracia de Dios con las espinas de Su Corona. Esposo con el voto de castidad perfecta. Padre por adopción de un Hijo del Espíritu Santo. Su Santa Esposa embarazada sin saber José quién es el amante, hasta que un ángel se lo dice en sueños. Trescientos kilómetros a pie para huir a Egipto y salvarle la vida al Niño Dios, con el riesgo que todos comprendemos, y mejor aún los que hemos sido emigrantes y hemos tenido que dormir y vivir en favelas. Después el Niño Dios desaparece y sus padres, con buena lógica, suponen que les ha sido secuestrado, mientras se encontraba en el Templo dando magistrales lecciones a los sabios y entendidos.

San José era de descendencia real. También era el responsable de la educación del Niño, y de guiar y sostener a la Sagrada Familia. Se habla de un documento antiquísimo donde se narra la última enfermedad de San José, de su temor a los Juicios de Dios. Pero Jesús nos dice que era un varón justo. Aprendamos de San José pensando en el Cielo que nos espera cuando dejemos este valle de lágrimas.

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