Bloqueada la salida, nos queda cambiar
Nuestra estructura del conocimiento no es coherente; he bajado de Internet la oferta de un curso de «mantenimiento de sistemas oleohidráulicos» por parte de una empresa especializada en formación de mantenimiento industrial, con una duración de 16 horas y una matrícula de 580 euros por alumno. Lo cierto es que, como funcionario y docente de esa especialidad desde hace 34 años, estimo que necesitaría al menos 350 horas (más de 20 veces lo anterior) para desarrollar su programa. A la vista de tal oferta y de la declaración que he hecho, excuso decirles en que lugar puede quedar la realidad de todo. Una oferta en la que se informa que el curso es deducible también, al menos en parte, del TC1 y que existen ayudas para desempleados.
Debemos tomar conciencia de lo esencial y profundizar y mejorar en los estudios de la FP inicial, pero también comprender que más allá de esa formación inicial se deben desarrollar acciones formativas de especialización de cara a la ocupación que se pretenda desarrollar y, muy especialmente, en la profundización del conocimiento en tecnologías específicas; pues llegaremos a desempeñar varias ocupaciones a todo lo largo de la vida y las tecnologías evolucionan con gran rapidez modificando y ampliando los requisitos de las ocupaciones. Nuestro deber es reconocer y desarrollar de forma independiente el aprendizaje permanente ocupacional de esas especializaciones (algo que no se ha hecho ni se pretende hacer) y hacer firmes los conocimientos de base estables durante mucho tiempo. Pero no se puede abarcar todo, y desde la FP inicial creyéndolo, se olvidan de los conocimientos de base y luego menosprecian y reducen a la nada los conocimientos de la FP permanente de carácter ocupacional (que ya ni está conceptualmente diferenciada ni existe ni tiene cuerpo).
Si la extremidad superior de nuestros cuerpos tiene un antebrazo y un brazo; una ordenación formativa debe consistir fundamentalmente en: una FP inicial (antebrazo) y una FP permanente (brazo), ambas conceptualmente independientes articuladas entre sí. Proseguir en este sin sentido en el que la FP inicial se otorga a sí misma las funciones de la FP permanente, es continuar en el suicidio de una peligrosa reducción al absurdo que inmoviliza el codo; es prescindir de la necesaria articulación entre dos concepciones formativas que deben ser bien diferenciadas. Y tengan en cuenta que aún nos quedaría por hablar de la muñeca que se articula entre la FP permanente ocupacional y el puesto de trabajo; o del hombro que se articula entre la FP inicial y la Educación.
Es ésta una conciencia que se niegan a tomar reiteradamente los responsables por mucha ordenación de la formación profesional que digan estar estableciendo (RD 1147/2011, de 29 de julio). Y es que seguimos sin hacer la diferenciación conceptual y funcional que articule y dé movilidad a las cuatro concepciones: educación articulada a través del «hombro» con la formación inicial, que, a su vez, se articula con la formación permanente ocupacional para la empleabilidad a través del «codo»; para por fin, ésta última, articularse con la formación en el puesto de trabajo a través de la «muñeca». Tal anquilosamiento en la expansión social del conocimiento, bloquea nuestra salida a la crisis minando nuestra competitividad.
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