Dios los cría y ellos se casan
Dios y sus padres los crían y después ellos se casan. Pero qué desparpajo y poca memoria tiene esta Carmen, señora de Aréstegui, quien fuera el mayor valedor en Avilés del Alcalde de Oviedo. Decir que el PP de nuestra bienamada villa siempre apoyó el proyecto del centro cultural Óscar Niemeyer, ya no solo es un insulto a la inteligencia colectiva de los avilesinos sino que debería estar penado con varios años de inhabilitación para cargo público, a ver si así se les quitaban las ganas, a unos y otros, de mentir impunemente.
Joaquín Aréstegui, a lo que se ve, presidente vitalicio del PP avilesino, no solo apoyó por acción y omisión los intereses de Gabino de Lorenzo, sino que se mofó públicamente, con luz, prensa y presencia de brindis, en la inauguración de un bar de Avilés, cuyo nombre omito, de lo que entonces era solamente un proyecto cultural para nuestra ciudad.
Don Joaquín, señor de Vega, nunca pidió perdón a los avilesinos por su cobardía política. Las urnas, cuyas frías cifras no engañan, son testimonio objetivo de que sus conciudadanos no le perdonaron la alianza con el déspota Gabino de Lorenzo, señor y dador de vida política.
Ahora, doña Carmen, señora de Aréstegui, quiere correr un tupido velo sobre la acción política de su marido. Claro, le va en ello su propia subsistencia.
Se pueden entender las equivocaciones políticas de Aréstegui, que ya es mucho entender, pero la sarta de mentiras justificativas con las que su señora esposa nos quiere anestesiar, sobrepasan el límite de la prudencia y entran de lleno en el terreno del insulto.
Ahora, a toro pasado, doña Carmen da una larga cambiada y se sitúa un peldaño o dos por encima del resto de la clase política asturiana para criticar el mal proceder, por exceso de celo, de la diestra regionalista y la mala gestión y desidia de la siniestra socialista, al tiempo que nos ilumina el camino real por donde debe transcurrir el futuro del Niemeyer. El genio analítico de esta señora está llamado a liderar grandes y mayores empresas.
A un servidor, que el Centro Cultural Óscar Niemeyer lo gobierne una sociedad o fundación privada, le importa poco y menos viendo los irregulares resultados contables en tan solo año y medio de gestión pública. Lo que sí me incumbe, en la parte alícuota correspondiente y más en los tiempos que corren, es que esta sociedad privada devuelva, con intereses, el dinero público invertido en el magno equipamiento cultural. Los regalos de lo público, a lo que fue muy dado el PP de José María Aznar, deben terminar de una vez por todas. Pero, que no se asusten los interesados en su explotación que con esta izquierda de bajo perfil seguro que tendrán la cesión de sus instalaciones no menos de cincuenta años. En el fondo, los políticos asturianos son todos iguales. ¿Verdad que sí, doña Pilar?
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo