La recta
Siempre tuve la ilusión de entrevistarme con la persona que decide la señalización vial. Me encantaría quedar con toda tranquilidad y mucho tiempo para tomar algo y departir, incluso compartir mesa y mantel.
Pero no tengo ni idea de cómo vendría, ni con qué aspecto ni qué título: si sería ingeniero o aparejador, si topógrafo y aparecería con su artilugio montado en el trípode, o si llegaría con casco blanco, chaleco reflectante y un walkie talkie, o si se acercaría vestido de verde y en una moto, también verde, o si se presentaría con traje y corbata, zapatos deslumbrantes y en coche oficial; francamente, no lo sé.
Pero le preguntaría muchas cosas, la mayoría generales, y algunas concretas, como, por ejemplo, por qué en la autopista del Huerna en 4 kilómetros de túnel del Negrón hay 14 señales con la misma limitación de velocidad y otras tantas para establecer una misma distancia de seguridad entre vehículos; en total, 28 señales para dos indicaciones.
Pero lo que de verdad me intriga son sus razones para pintar una raya continua en la única recta que hay con visibilidad en la carretera de Olloniego a Langreo y que está a la altura de Tudela Veguín. Ahí le miraría fijamente a los ojos para conocer su razonamiento, porque tiene que ser necesariamente metafísico y, por tanto, extremadamente interesante.
No puede ser por el carril de desaceleración que hay porque si vas hacia Langreo ves perfectamente a los que se van a dirigir a él o a los que siguen de frente, pero, en cualquier caso, se ven; y si vas en dirección Olloniego, el carril te queda a la derecha y ni pincha ni corta para un adelantamiento.
Mira que le he dado vueltas y he mirado por todas partes, hasta para el cielo, buscando una explicación, y no la encuentro, y, claro, yo no me atrevo a adentrarme en los terrenos de la metafísica para buscarla. Pues entonces uno se pone en seguida irónico y piensa que ese día sobraba pintura, o que el operario se durmió en la máquina con la brocha abajo, o que igual tiene alguna intención artística, que la línea de 500 metros fabrica una perspectiva formidable en la recta, o que alguna trampa hay que poner para las multas o que, sencillamente, nos sobra el dinero público y hay que gastarlo en las carreteras debidamente, como con las 28 señales del Negrón.
Pero no es plan seguir por ahí que igual se incomoda el interlocutor, así que matizaría la pregunta para saber por qué en ambos sentidos antes de llegar a la recta está permitido adelantar cuando resulta mucho más peligroso, y en dirección a Langreo con una curva a la derecha que con un camión delante intentar pasar es lo más parecido a una ruleta rusa. Digo yo, ¿no se podría levantar cuidadosamente esa raya continua partirla a la mitad y pegarla antes y después de la recta? Es que cada vez que pintan esa carretera añaden un trozo más de raya continua y, a día de hoy, en un kilómetro de perfecta visibilidad hay 500 metros de prohibición del único adelantamiento seguro de todo el tramo.
Para terminar, le preguntaría si él es también el responsable de las campañas –éstas sí muy oportunas– que solicitan insistentemente sentido común al conductor; fuera cual fuera la respuesta, le diría que se lo aplicara, lo del sentido común, digo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo