Debemos aprender
Recordatorio. Los niños adivinan qué personas los aman; es un don natural.
Kock
Después de unas fechas en el dique seco nos viene bien reiterarnos a nosotros mismos los siguientes versos del poeta José A. Buesa: «Por un agua de hastío voy moviendo estos remos que pesan tanto al irme y tan poco al volver. Tu amor que sin ser mío tantas veces perdí. Y yo empujo los remos y viajo hacia la sombra, pues todo se hace sombra si estoy lejos de ti. Ya me duelen las manos de remar en mi hastío, pero yo sé que un día dejaré de remar y he de mirar el mundo como si fuera mío, y romperé los remos en la orilla del mar...».
Amables lectores, afirmamos ahora mismo, lunes 19-09-2011, 09.08 horas (cuando las piernas aún no pueden tenernos con seguridad de pie, confiemos que sea por pocos días más), que no romperemos nunca los remos a la orilla del mar. María Dolores Beccaría («Lola»), como sabéis, ganadora del premio «Azorín» con la novela «El arte de perder». En la vida hay que aprender, aprender, aprender a perder...
Despedida y cierre. Para Madagán, que acaba de irse a su estrella, para Luis (vecino de puerta con puerta de este escribidor), ya ambos recientemente en viaje definitivo a sus estrellas, los abrazos de siempre, e igualmente para todos los suyos. Despedida y cierre. Érase una vez.
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