Langreo necesita un teatro

Señora Díaz García, doña Esther: la gente normal, con respeto, pedimos solución a los problemas que, como alcaldesa de Langreo, está obligada a resolver y de los cuales dependen las condiciones de nuestra calidad de vida en lo cotidiano, es decir, en lo cultural, en lo social y en lo humano. En este caso concreto, nos estamos refiriendo a las enormes carencias culturales que están sufriendo todos los langreanos y de forma particular los samenses.

Desde hace tiempo son muchos los que comparten y perciben el espectáculo vergonzoso de ver desaparecer manifestaciones culturales en Sama (¡qué casualidad!) sin sopesar por parte de esa Corporación los resultados de las decisiones tomadas. Es curioso constatar que todo lo que fue suprimido en el ámbito cultural, el principal acicate que mueve a un pueblo, afecta totalmente a Sama. Por ejemplo, el «Monumento a los mineros caídos en el trabajo»; la desaparición, mejor dicho el robo sin investigar, del cuadro pintado por Úrculo «El bodegón del pájaro»; la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio de Langreo, en Sama; el teatro de Los Llerones, cerrado y sin servicio, además de la eliminación de la Bienal de Pintura «La Carbonera». Todos estos activos patrimoniales eliminados marcaron durante algún tiempo la ya de por sí endeble situación cultural de Sama.

Más. Una promesa incumplida: Film Commission. Según la revista «Sala Oscura Tertulia Cinematográfica» de 2008, el presidente de Asturias Film Commission, don Próspero Morán, decía y prometía, a través de Langreo y dirigido desde Sama con oficinas en el cine Felgueroso, convertir todo el territorio del valle del Nalón, y por extensión toda Asturias, en un inmenso plató, en un gran estudio de cine, una especie de Hollywood, para: «Facilitar el rodaje de producciones cinematográficas nacionales e internacionales», «... será un poderoso medio de promoción turística y desarrollo económico, se formarán profesionales en materias relacionadas con el campo audiovisual y se colaborará con la Universidad en congresos y reuniones científicas sobre aspectos muy concretos de la producción audiovisual», «nuestro proyecto será una realidad tangible en este año (2008)». El Ayuntamiento de Langreo haría las aportaciones económicas necesarias. En aquel momento adelantó 6.000 euros en señal de compromiso. No se hizo nada. Preguntamos: ¿el millón de pesetas fue devuelto? Ahora Hollywood está en Morcín. Sí, en Morcín, leyeron bien: en Morcín, con los magníficos estudios Gona de producción de cine y televisión, con películas y trabajos televisivos ya realizados. Lo que el señor Morán prometía en Sama, a través de Film Commission, ni se hizo ni se hará jamás. Nos quedamos sin la Metro Goldwyn Mayer casera. Fue un «cinemocho». Así es todo.

Cine Felgueroso. Nos hemos enterado por la prensa de que todo el equipamiento del cine Felgueroso ha sido instalado por la firma Igrafo, más tarde implicada en la denominada «operación Marea» de corrupción en el Principado. Sin comentarios. Lo que sí importa son los millones de pesetas empleados en esta desastrosa reforma o rehabilitación de este cine, que estuvo a cargo del arquitecto señor Martínez Sierra. Nadie se ocupó de que se rectificara tanto desacierto, tanto fallo, tanta equivocación en su renovación. El cine Felgueroso es otra ocasión perdida para la vida cultural de Sama. Para usted, señora alcaldesa, «sostenella y no enmendalla» sigue siendo su lema. Después de lo expuesto, ¿qué nos queda en Sama? Nada.

Cajastur hace unos meses inauguró un nuevo centro cultural en Sama, concretamente en la calle Alonso Nart, en donde estuvo ubicada la antigua biblioteca municipal y más tarde la academia de la banda de música. Consta de planta y piso. La planta baja la dedica a galería de exposiciones y el piso para conferencias, audiovisuales, reuniones, etcétera. Bienvenido sea. ¿Tiene futuro este centro? Sabido es que Cajastur, convertida en banco, ahora Liberbank, cancelará las obligaciones sociales y culturales que son inherentes a las cajas de ahorro. Para estos mismos cometidos el Ayuntamiento de Langreo cuenta con su Casa de Cultura. Ésta tiene sala de exposiciones y salón de actos que desde siempre han sido infrautilizados por la bajísima calidad de lo programado. Sama cuenta ahora con duplicidad de centros culturales que hacen la misma función; lo que necesita es sacarle el mayor rendimiento posible al que se tiene (el otro tiene un futuro incierto por su privacidad) y dar ambiente y vida al pueblo con lo que siempre estuvo ahí. Tampoco sucedería nada si la Casa de Cultura de la calle Dorado cerrara la sala de exposiciones por el escaso interés de lo que exhibe y también, si lo hiciera, el salón de actos, dedicado la mayoría de las veces a charlas muy politizadas que sólo interesan a cuatro personas. Los términos arte y cultura no significan ya nada; algunos los usan en cualquier circunstancia para su beneficio político, generando un nauseabundo aburrimiento y utilizando cualquier noticia cultural con una mezcla letal de ignorancia y mala fe que enturbian el valor de la cultura. Hay que acabar con estas ridículas majaderías. La programación de ambos servicios siempre estuvo exenta de algo que mereciera la pena estar a la altura de Sama.

No es extraña la apatía, la indiferencia, la desidia, la insensibilidad de un pueblo ante tanto aburrimiento creado con esta gran inactividad cultural provocada. Sama se muere poco a poco. Ya no tiene vida, ya no tiene pulso. No es ajeno que una comunidad se vuelva indolente, apática y adormecida, así es más manejable. A los samenses sólo les quedan el chigre y la cafetería, porque hace falta mucha fantasía para soportar la vida diaria en un pueblo sin ilusiones ni emociones. Señora alcaldesa, doña Esther, con la inauguración del auditorio de Pola de Siero o el Niemeyer de Avilés, ante sus magníficas construcciones e instalaciones y al comparar las enormes carencias que tenemos aquí, el Nuevo Teatro (¿?) (cine Maripeña), con un equipamiento pobrísimo, decadente, obsoleto y la inutilidad del cine Felgueroso, preguntamos: ¿Siente envidia o vergüenza? ¿Acaso Langreo no es tan importante como estos dos concejos, sin contar Oviedo y Gijón u otros pueblos más pequeños que con menos recursos tienen instalaciones mejores? ¿Para cuándo la construcción de un gran teatro en Langreo? ¿Dónde está la progresía socialista que dicen ser?

Señora Díaz García, alcaldesa de Langreo, ha comenzado una nueva legislatura. Es el momento de nuevas iniciativas y nuevas ilusiones para emprender obras necesarias que completen la calidad de vida de los ciudadanos de Langreo ante la alarmante realidad planteada. La cultura, el principal estímulo que mueve y da vida a los pueblos, es a su vez un bien social que caracteriza a las personas que la disfrutan. El estado de salud cívica de un pueblo lo marca la cultura. Es por tanto un derecho fundamental. Nuestro concejo siempre estuvo falto de infraestructuras donde realizar actos culturales que le dieran pedigrí como Ayuntamiento importante que somos. Hay que comprometerse en una lucha decidida que transforme a un pueblo que carece de horizontes culturales, con desafíos conforme al planteamiento progresista del que presume la izquierda, ¿o es demagogia? Que se vea, porque el bagaje cultural de muchos «culturetas progres» es bajísimo.

Señora alcaldesa, la levedad política que le queda le obliga a salvar su prestigio. Aún está a tiempo. Construya en Langreo el gran teatro que tanto necesitamos. Pondremos una placa así de grande con nuestro agradecimiento que la recuerde para siempre. Y si no, el olvido.