Arturo sigue diciendo no
El presidente catalán, Artur Mas, públicamente ha dicho, y lo sigue sosteniendo, que no va a cumplir las sentencias que deciden que en las escuelas de Cataluña se tiene que enseñar aparte del catalán, como es lo propio, el español. Igualmente el segundo de su partido, CiU, Oriol Pujol, le dice así sea y además amenaza.
De ser así la situación, se pasarían la Constitución por el arco de triunfo, y los tribunales ya les han advertido de que deben cumplir con la legalidad.
Ante esta disyuntiva, sería deseable que todos los catalanes hicieran como ellos y se rebelaran contra las leyes de la Generalidad y que, alegando que es un robo, no pagaran las tasas e impuestos, circularan por la izquierda, contrarios al resto de España, y dijeran que la luz, el gas, el agua y el teléfono lo consideran una cosa necesaria y por tanto gratuita. ¿Qué les parecería a los señores Mas y Pujol esta desobediencia social? Seguro que iban a decir que «la pela es la pela» y que de eso ni hablar, que la norma es sagrada.
Con su cerrazón estos nacionalismos están engañando al pueblo llano catalán, porque cuando los alumnos de hoy en esa comunidad sólo conozcan su idioma y pasen a una región limítrofe, por ejemplo Aragón, ¿cómo podrán desenvolverse? O sin salir de Cataluña, simplemente si van al Valle de Arán y les dicen, aquí el catalán no, aquí se habla el aranés, y tener que oír eso hasta les puede poner enfermos.
Claro que los hijos de una gran parte de los políticos nativos estudian en colegios donde aparte del catalán, les enseñan el español y el inglés o, incluso, alemán (recordemos a Montilla y el colegio de sus hijos), y ciertamente esto debería ser así para todos. Estos mismos políticos piensan que cuanto más ignorante sea el pueblo, mejor conducirán ellos el rebaño.
En definitiva, vaya ejemplo que nos dan al resto de los españoles estos nefastos y engreídos políticos, con un nacionalismo tan reacio, y al mismo tiempo, tan cutre.
Confiemos en que el Constitucional los ponga en su sitio.
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