Ataque frontal al Estado de derecho
No puede calificarse de otra marca el incumplimiento y negativa del Gobierno nacionalista catalán, a lo dispuesto y determinado por el Tribunal Constitucional sobre la lengua española. A ello hemos de añadir la negativa también a que la bandera nacional ondee en todos los organismos oficiales, cuya excepción, al parecer, es Badalona, que tiene un alcalde de cataplines. Y por si esto fuera poco aún, el colmo de la insumisión lo acabamos de ver en la Diada esa, que este año, sin tapujos y a cara de perro ya, demostró ser ahora un evento festivo meramente separatista, descarado y vergonzoso, al presidir los actos una bandera que es enseña sediciosa de ese separatismo.
Hombre, había que ver al César Mas, gozoso él, a la cabeza de su corte, disfrutando como un emperador romano. Erguido, sacando altivo su mentón, nos hizo recordar al Duce cuando presidía los desfiles militares o se dirigía a sus camisas negras. Como este Duce catalán tiene también su tropa, había que verle pasar revista a sus Mossos de Escuadra, como Napoleón lo hiciera a su fiel Infantería. Nada, que en la Diada esa, Atur Mas, nos demostró a todos que España, la Constitución y el Estado de derecho, él y los suyos se los pasan por el arco de triunfo.
Y como ya, para ellos, Cataluña es una nación, a nadie puede extrañar ni sorprender que mañana Mas se erija en presidente de la república catalana o, quién sabe, hasta pudiera querer ser rey de Cataluña y Aragón. ¡Y un jamón! Claro que esto puede llegar a ocurrir, porque Zapatero y su Gobierno están permitiendo todo este desmadre de sedición y separatismo, cuando su obligación, como garantes de Estado de derecho, es hace cumplir sus leyes, duras e inflexibles, en cambio, para el infeliz e indefenso contribuyente.
Y esta obligada y preocupante pregunta: ¿Quién detiene ahora, y deshace, esa gran bola de nieve, sediciosa y separatista?
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